lunes, 5 de agosto de 2024

 Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de novillos.

“¡Que mansada Doña Dolores!”

Ganadería

Se lidiaron 6 novillos de Dolores Aguirre, de variada presentación, varios de ellos fueron protestados de salida y en el arrastre, ya que el juego que ofrecieron estuvo a la altura de la mansedumbre y sin gota de casta.

Terna:

Álvaro Seseña. De marino y oro. Pinchazo y estocada algo contraria. Silencio. En el cuarto tres pinchazos y estocada que vale. Silencio.

Jesús García: De rojo pasión. Media desprendida y tres descabellos, con aviso incluido. Silencio. Tres pinchazos y media estocada en los bajos. Silencio.

J. de la Calzada: De celeste y oro. En el tercero, metisaca, pinchazo, aviso y 4 descabellos. Saludos. En el sexto pinchazo y estocada al hilo de las tablas. Silencio.

Presidente: D. José Antonio Rodríguez San Román,

Se limitó a marcar los tiempos de la lidia.

Suerte de varas:

1º Cigarrero. En la primera vara se dejó pegar con fijeza, el piquero le tapó la salida. En la segunda un puro trámite.

2º Burgalés. Empujó en el peto en la primera entrada y el piquero le tapó la salida. En la segunda entrada fue otro cantar, cantó la gallina y salió suelto.

3º Botero. En la primera entrada le zurró la badana tapándole la salida y en la segunda, salió suelto.

4º Cigarrero. Fue un deleite verlo mansear en la pelea con el montado, intentando quitarse el hierro.

5º Clavijero Empujó en el peto y el regalo fue castigarlo en los bajos, trasera y sin rectificar. En la segunda vara fue un suplico que el animal acudiera al montado, ofreciendo, tanto el novillo como la cuadrilla, un espectáculo bochornoso a los pocos aficionados que moraban en el calor venteño.

6º Pitillito. En la primera entrada al caballo metió los riñones. Todo lo demás fue una lección de mansedumbre, incluyendo su paso por el picador que tapaba puerta.

Cuadrillas y otros.

Al finalizar el paseíllo se guardo un minuto de silencio en memoria de los TOREROS desaparecidos, Paco Camino y Pepe Los Vázquez, Los aficionados mantendremos su recuerdo.

Destacó con los palitroques Juan Carlos Rey en el cuarto. Sus compañeros deberían haber sentido vergüenza por su desastrosa labor en este tercio y algunos de ellos plantearse su futuro laboral en otros terrenos.

Comentarios:

Fue una tarde con muchas sombras en el ruedo, la peor el juego del ganado y la labor de los que se vistieron de luces en la tarde calurosa que ofreció el cielo de Madrid. De las pocas luces hubo dos que llamaron la atención, dos de los novillos tuvieron una muerte brava doblando en el centro del ruedo. Un detalle de bravura que desentonó con el juego ofrecido durante la lidia. Dicho queda.

Todo lo demás para olvidar, ni un muletazo que no fuera citando fuera de cacho y al hilo del pitón. Los novillos se dejaron la casta, la bravura y hasta la nobleza en la dehesa. Hubo alguno que ofreció esperanzas a los aficionados al comienzo de faena, pero fueron espejismos..

El primero de la tarde se encontró con un novillero que lo recibió de muleta con mucha voluntad, pero no encontró el sitio para sacarle a su enemigo lo que le ofreció, en una labor sin acoplamiento. Después de marear al novillo por el derecho recordó que el toreo es al natural, pero el animal no tuvo movilidad por ese pitón. Al  cuarto lo recibió en el último tercio sometiéndolo por bajo, mostrando voluntad al intentar el toreo en redondo. Al natural solo mostró trapazos ante el poco recorrido de su enemigo.

El segundo le exigió al torero colocación, pero al no encontrarlo se limitó a dar un muletazo aquí y otro allá. No olvidó la pinturería al salir de la cara de su enemigo. Al quinto lo recibió el coleta sometiéndolo por bajo y el novillo presentó complicaciones que no supo solventar, llegando a aburrir al personal.

Al tercero lo recibió el matador con las zapatillas asentadas en la arena consiguiendo una tanda aseada de redondos. Lo intentó al natural, pero el novillo exigía una pañosa con recursos, sin embargo ofreció unas manoletinas muy ajustadas. Al entrar a matar fue arrollado sin aparentes consecuencias. Al sexto lo recibió con unos airosos muletazos de hinojos continuando por el derecho pero ofreciendo un toreo baratito, hasta que el novillo apagó sus embestidas y echó el cierre a la nebulosa tarde donde el toreo, las buenas maneras y el juego de los novillos, quedaron ocultos para los aficionados.

Se esperaba más de sus pupilos, “Doña Lola”.

©Pepeíllo.

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