sábado, 5 de octubre de 2024


Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Feria de Otoño. Corrida de toros. Mano a mano.

“Tarde de aburrimiento”

Ganadería

Se anunciaron 6 toros de Victoriano del Rio. De variada presentación y comportamiento. En el caballo destacó el sexto, los demás se dejaron pegar y salieron sueltos huyendo del castigo. En una palabra, mansearon. Como contraste, varios fueron aplaudidos en el arrastre.

Terna:

Fernando Adrián: De tabaco y oro. Bajonazo de juzgado de guardia en el primero. Silencio. En el tercero estocada desprendía entrando fuera de cacho. Silencio. En el quinto media estocada en su sitio, aviso y dos descabellos. División de opiniones cuando saluda.

Borja Jiménez: De blanco y oro. En su primero pinchazo y estocada baja. Vuelta al ruedo con división de opiniones. En el cuarto pinchazo y media estocada, baja y atravesada. Descabello tras aviso. Silencio. En el sexto estocada trasera y caída, aviso. Silencio.

Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez.

Sin problemas en su cometido.

Suerte de varas:

1º. Bisonte: En el primer puyazo el picador se agarró arriba y el toro se dejó pegar. En el segundo puyazo se limitó a recetarle un picotazo. El toro manseó en la pelea. Aplaudido en el arrastre.

2º. Enamorado: En la primera vara empujó con fijeza y el piquero le zurró la badana. En la segunda se arrancó de largo y no fue castigado. Aplaudido en el arrastre.

3º. Derramado: En la primera entrada al caballo el picador marcó bajo el castigo, rectifico y el toro hizo una fea pelea. En la segunda entrada salió huyendo al sentir el hierro. Aplaudido en el arrastre.

4º. Impuesto: Acudió suelto al caballo y salió suelto. En la segunda vara se agarró bien el piquero y volvió a salir suelto.

5º. Amante: En la primera vara se dejó pegar y en la segunda no se empleó.

6º. Barbuquejo: En la primera entrada el piquero se agarró arriba y el toro empujó con fijeza. En la segunda midió el castigo.

Cuadrillas y otros.

La plaza registró un aforo de 21.412 espectadores según la empresa. Al finalizar el paseíllo los dos matadores tuvieron que salir al tercio a recoger los plausos del respetable. Los toreros de plata cumplieron con su cometido, destacando en su labor algunos detalles como el de Marcos Prieto en el primero y Curro Javier en el quinto, corriendo al toro a una mano. En el sexto hubo un altercado entre un sector de la plaza y un monosabio. Este caballero tuvo unos feos detalles con los aficionados.

Comentarios:

Mano a mano entre dos jóvenes y con una ganadería de garantías, que ofreció a cada torero la oportunidad de triunfo. A ambos matadores se les vio con disposición, pero el comienzo tuvo dos caras bien distintas. Al primero de Fernando Adrián lo recibió de hinojos frente a toriles, y el toro quedó crudo ya que no fue lidiado con rigor ni castigado en el caballo. El torero solicitó el cambio dejando crudo a su enemigo. El toro llegó a la muleta exigiendo y el torero en lugar de someterlo por bajo, le recetó un pase cambiado, El burel se comía la muleta y el madrileño tuvo que tirar de ventajas consiguiendo únicamente algún muletazo suelto para el recuerdo. Al natural no estuvo fino y todo fue un querer y no poder. El animal terminó defendiéndose. Finalizo su labor con unas manoletinas para tapar la vulgaridad de su labor.

Borja Jiménez en su primero fue la cara opuesta. Después de recibirlo frente a toriles, le recetó una serie de verónicas en la misma boca de riego. Comenzó la faena de muleta sentado en el estribo, recetándole unos doblones hasta sacarlo a los medios. En esos terrenos comenzó una faena medio vistosa de medios pases por el pitón derecho sin descomponer la figura y rematados para dentro. Al natural le costó acoplarse, cuando lo consiguió dio una tanda con sabor. Remató la faena con unos muletazos por bajo muy vistosos. Falló a espadas, perdiendo con ello el posible trofeo.

Fernando Adrián volvió en el tercero a demostrar que no está en su mejor momento. Intentó doblarse con su enemigo al comienzo de faena pero el toro le pudo en la pelea. Intentó el toreo por el derecho pero perdiéndole pasos entre muletazos al no encontrar el mando que necesitaba su enemigo. Al natural no se le vio, estuvo perdido sin encontrar el sitio.

Jiménez recibió al cuarto frente a toriles recogiéndolo en el centro del albero por chicuelinas. Con la pañosa se dobló con Impuesto con muletazos largos y templados mezclados con rodillas en tierra que levantaron los olés de los tendidos. Pero la disposición de lucimiento del torero se fue apagando cuando su enemigo comenzó a apagarse en su recorrido. Lo intentó al natural pero no tuvo enemigo por este pitón. Llegó a perder la muleta dos veces.

El quinto se encontró con un Fernando Adrián que lo recibió de hinojos con pase cambiado incluido. El animal apretó y se lo llevó por delante sin consecuencias. Perdido el torero, lo intentó tanto en redondos por naturales, y lo que consiguió fue hacer que el toro cambiara su comportamiento. Volvió a darle otro revolcón sin consecuencias y con ello dejó para otra ocasión las esperanzas de triunfo.

El que cerraba plaza fue recibido también frente a toriles por el sevillano, pero de nada le sirvió. Es una suerte que no es valorada por los aficionados y el público se suele olvidar de ella en el transcurso de la faena. Una vez pasado el susto, ya que el torero tuvo que echar cuerpo a tierra, con la muleta lo recibió junto a tablas para ir amoldando las embestidas sacándolo a los medios. El toro dobló las manos en los primeros compases de faena y se vio que no tenia recorrido para que el torero intentara el lucimiento. Después de una tanda aseada por el derecho, la disposición del matador no se vio compensada por su enemigo.

De esta manera terminó el mano a mano, programado por la empresa con dos matadores que han venido con las faenas programadas en los hoteles, donde el ritual del enfrentamiento en los quites casi no ha existido y no hablemos de darle la oportunidad al sobresaliente de hacer un quite. ¿Y para qué, tanto protagonismo? Para dejarse ir toros sin torear y con faenas interminables que solo han servido para aburrir al personal. ¡Pobre fiesta!

©Pepeíllo.

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