sábado, 24 de mayo de 2025

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Corrida de toros

Feria de San Isidro: 14ª de feria

“Un petardo de los artistas”

De nuevo se puso el cartel de “No hay billetes, en el mano a mano entre Juan Ortega y Pablo Aguado, lo cual los aficionados se alegraría por el bien de la fiesta, pero de lo que no se alegrarían fue del resultado del festejo. Se lidiaron cinco toros de Juan Pedro Domecq, el creador del toro “Artista”, y un remiendo de Torrealta, que si no fue artista, anduvo a su altura. Excepto el sexto, todos fueron protestados de salida por la mala presentación y pitados en el arrastre, por el juego ofrecido, con una falta total de casta, colmados de mansedumbre y faltos de fuerza.

En el esperpento de espectáculo que montaron, se anunció como sobresaliente, el torero, Álvaro de la Calle, al cual la terna no tuvo la deferencia de permitirle hacer un quite. Tenía su lógica, dado lo que ofrecieron los finos toreros sevillanos, podría haberles hecho sombra, En el cuadernillo que regalan a la entrada de la plaza, había que buscar su nombre con lupa.

Terna:

Juan Ortega: De gris perla y oro. Pinchazo y estocada casi entera delantera y caída. Silencio. En el tercero estocada casi entera saliéndose de la suerte. Silencio. En el quinto media pescuecera. Intentó entrar a matar de nuevo pero el toro estaba herido de muerte. Al fallar con el descabello el animal se echó. Silencio.

Pablo Aguado: De burdeos y azabache. Metisaca en la paletilla, pinchazo y estocada atravesada que valió. Silencio. En el cuarto estocada que llenaría de sonrojo a su dignidad torera. Aplausos. En el sexto Estocada caída. Oreja.

Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez

Sin complicaciones durante la lidia. Lo que no se entendió es como permitió que se lidiase un ganado impresentable para esta plaza.

Suerte de varas:

Los picadores en esta ocasión fueron espectadores privilegiados de la corrida. Se limitaron a marcar el castigo y en algunos casos con picotazos que no hubieran servido ni para un análisis de sangre. Los toros “Artistas” no necesitaron más, ni pudieron poner en aprietos a la terna del castoreño.

CUADRILLAS.

Los toreros de plata cumplieron en sus labores, hubo quien se esmero un poco, pero nada resaltable. Los “Artistas” no exigieron su esfuerzo durante la lidia. En el sexto tuvo que colocar un par Iván García al dañarse su compañero en el par anterior.

TORO A TORO

1º Solterón. N. 141. 541 Kg. Colorado ojo de perdiz. Cuatreño. Al no pararlo de salida, acudió suelto al caballo e hizo una fea pelea intentando quitarse el hierro. En la segunda vara recibió un picotazo. Su nobleza no fue suficiente para ser una ruina de animal.

2º Martilleo. N. 185. 548 kg. Castaño. Cinqueño. En la primera entrada al penco recibió el castigo bajo. Manseó y el piquero entendió que no debía castigarlo. En la segunda se limitó a marcar el castigo. A pesar de no ser castigado, llegó a la muleta hecho un cadáver.

3º Oxidado. N. 166. 580 kg. Negro listón. Cinqueño. El cansino animal acudió suelto al caballo y fue recibido con mucha sutileza por el montado, que le recetó un picotazo. En la segunda vara salió huyendo al sentir el hierro.

4º Samurái. N. 140. 532 kg. Negro. Cinqueño. En la primera entrega se limitó a sujetarlo, El animal no dio para más. La segunda vara fue un mero trámite.

5º Adivino. N. 78. 557 kg. Castaño. Cinqueño. En la primera entrada se dejó pegar empujando en el peto. En la segunda cambió el panorama, se comportó como “Artista” y el desconfiado piquero se limitó a sujetarlo y a taparle la salida. Fue el único que empujó en el peto. Demasiado para su vitola de “Artista”.

6º Torbellino. N. 50. 575 kg. Negro listón. Cinqueño. Fue castigado trasero, le tapó la salida y le zurró por si no volvía. En la segunda entrada el picador se limitó a marcar el castigo.

CRONICA:

Los toros “Artistas” no dieron la oportunidad a los toreros de competir en quites, con su “reconocido arte capotero” se lo podrían haber permitido, pues no permitieron ni de inventarse un toro. La terna vino a lo que vino, a no dejarse engañar ni por la bravura ni por la casta del ganado, estos factores van en contraestilo y por eso eligieron lo que eligieron. Ellos mandan y por eso exigen. Según se comentaba en los mentideros hubo movida de corrales y tuvieron que pasar por la exigencia de sus mentores un número indeterminado de animales para elegir cinco que encajaran con el estilo de sus matadores. Desconozco la veracidad del hecho, pero la realidad es que, “cuando se anuncian figuras, corren las noticias de movida de corrales”. Una duda. ¿Dónde estaba el presidente?

Y los aficionados se preguntarían ¿para qué este montaje? Para que salgan seis cadáveres por toriles, para que los finos toreros sevillanos no se vieran en la tesitura de enfrentarse a animales a contraestilo. Así fue la tarde donde tuvo que salir en sexto lugar un remiendo de Torrealta, un manso de querencias para que Pablo Aguado pudiera remendar su fracaso en los anterior enemigos con un toreo falto de colocación, acompañando las embestidas del manso y tomado el estaquillador por el extremo. Su premio fue un despojo. Para eso no hacía falta tanta exigencia en los corrales. El primero de su lote acudía al engaño con un trote “cochinero”, indigno de un animal de su raza, perdiendo las manos cuando lo sometía. El torero se limitó a presentarle la muleta para que el animal mostrase sus condiciones ruinosas. Como ruina fue el metisaca que le endilgó en la paletilla cuando entró a matar. El cuarto metió la cara en la muleta y el torero recibió las embestidas con temple pero al hilo. Dio al toro “Artista” una tanda aseada de redondos pero mal colocadp y cuando lo intentó al natural el animal perdió las manos. Los exigentes de los tendido pedían: “Toro, Toro…” “No sé a que se referían con esas exigencias”. El matador después de su impostura torera en la cara del cadáver, intentó rematar “su” faena con un desplante que supongo que tampoco nadie entendió.

Juan Ortega abrió plaza con Solterón. Lo recibió con unas verónicas ajustadas y casi gustándose en su ejecución, pero fue lo único que pudo lucir en su primero. Al recibirlo de muleta el toro casi se dio una costalada, Ante una ruina de toro, en cuanto lo sometía doblaba las manos. El animal metía la cara con nobleza en la pañosa, para eso había sido criado como “Artista”, pero no bastó para que la emoción llegara a los tendidos. Igual en otra plaza, podría colar, pero en esta, no. Al segundo de su lote, lidiado en tercer lugar, el sevillano lo sometió por bajo, como si se tratara de un bravo y encastado burel, pero no era el caso del casi cadavérico animal, y tuvo que dedicar su arte tratando de inventarse un toro, pero eso está destinado a otro tipo de maestros. Su paso con el toreo al natural careció de emoción, así que dejó su faena soñada para el último de su lote, que lo recibió de muleta con unos ayudados por alto de buen ver tratando de fijar a su enemigo, pero el comportamiento del toro no le permitió el lucimiento, el animal solo trajo de la dehesa condiciones para aburrir a la concurrencia, hecho que se pudo comprobar al pasarlo por ambos pitones.

Como resumen el festejo fue una tomadura de pelo en toda regla. Los toros “Artistas” puede que sean admirados en otra plaza, y seguramente con toreros artistas como la terna que se anunció, pero en esta ocasión mostraron ser carne de matadero. Otra vez será, ganadero, seguro que con tesón conseguirá que sus toros “Artistas” sean admirados en Las Ventas, con estos empresarios, seguro que lo conseguirá. Démosle tiempo al tiempo. Lo que nadie pudo evitar fue el trance vergonzoso que ayer le hicieron pasar sus pupilos. Si no fue así...

©Pepeíllo.

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