Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.
“Un palo que acusará la fiesta”
Se lidiaron seis ejemplares de Juan Pedro Domecq. Medios toros para Madrid y para la tradicional corrida de la Beneficencia. Nobles, sin gota de casta y blandos. El coso venteño registró otra entrada donde se agotó el papel. Lógico, se anunciaba Morante. Otra corrida espectacular para las arcas de la empresa, para los toreros, por el ganado, y otro golpe bajo para la fiesta. Los tres toreros brindaron las faenas de sus primeros toros a la hermana del Rey.
Terna:
Terna:
Morante de la Puebla: De marino y azabache. Estocada desprendida que rueda sin puntilla. Oreja. Estocada caída y atravesada que vale. Oreja. Salió por la Puerta Grande con una vuelta al ruedo previa en hombros de un público que enardecido, lo llevó hasta el hotel en Príncipe de Vergara. Increíble, pero cierto.
Fernando Adrián: De catafalco y oro. Estocada que dobla el animal. Oreja. En el quinto metisaca en los bajos que rueda sin puntilla. Silencio
Borja Jiménez: De grana y oro. Dos pinchazos sin soltar. Aviso, el toro se echa antes de entrar de nuevo a matar. Silencio. En el sexto dos metisaca, un pinchazo y estocada baja. Silencio.
Presidente: D. José Luis González González.
Fernando Adrián: De catafalco y oro. Estocada que dobla el animal. Oreja. En el quinto metisaca en los bajos que rueda sin puntilla. Silencio
Borja Jiménez: De grana y oro. Dos pinchazos sin soltar. Aviso, el toro se echa antes de entrar de nuevo a matar. Silencio. En el sexto dos metisaca, un pinchazo y estocada baja. Silencio.
Presidente: D. José Luis González González.
Sin comentarios. Si me pongo a calificar la actuación del presidente igual se me escapa algún improperio. Regaló dos despojos a Morante, uno en cada toro, que aunque fueron solicitados con mayoría, algo tenía que haber hecho para no convertir la plaza en una feria de aldea, con todos los respetos a las aldeas. Pero en Las Ventas…También estuvo en sus manos permitir que se lidiaran ejemplares considerados no aptos para una plaza de primera como esta.
Suerte de varas:
Suerte de varas:
No calificaré a los picadores, a pesar de encontrarse con animales que recibieron un simple picotazo, tapándoles la salida y demás. Para estos toritos artistas no necesitaron tanto armamento, pero que tengan en cuenta este colectivo, que estos toros artistas los pueden mandar al paro. Todo llegará.
CUADRILLAS.
Se lució Curro Javier en la lidia del cuarto, artífice en dejar al toro preparado para que el maestro de La Puebla del Rio pudiera sacarle algunos muletazos que encumbraron a su maestro hasta una Puerta Grande devaluada. Los demás cumplieron a rajatabla su cometido, unos más y otros menos, claro.
CUADRILLAS.
Se lució Curro Javier en la lidia del cuarto, artífice en dejar al toro preparado para que el maestro de La Puebla del Rio pudiera sacarle algunos muletazos que encumbraron a su maestro hasta una Puerta Grande devaluada. Los demás cumplieron a rajatabla su cometido, unos más y otros menos, claro.
TORO A TORO
1º Sacristán: N. 110. 605 kg. Colorado listón ojo de perdiz. Cinqueño. Se dejó pegar, le tapó la salida y el animal se enceló en el peto. En la segunda un picotazo de nada. Ni sangre le hizo.
2º Pardillo. N. 172. 561 kg. Castaño. Cinqueño. Solo marcó y salió suelto. En la segunda se limitó a marcar. Esperábamos que el presidente le hiciera entrar otra vez al caballo, pero no hizo falta.
3º Ollero. N. 218. 566 kg. Negro listón chorreado en morcillo. Cinqueño. Marcó el castigo bajo y no rectificó. En la siguiente entrada se agarró arriba pero no lo castigó. No le hacía falta.
4º Lírico. N. 139. 582 kg. Negro listón. Cinqueño. El toro hizo una fea pelea, pero el piquero se limitó a sujetarlo. En la segunda vara marcó el castigo. Otro animal que no necesitó el castigo del montado en un tanque guarnecido hasta las orejas.
5º Archivero. N. 16. 612 kg. Negro listón. Cinqueño. Marcó trasero no lo castigo y el animal artista se lo agradeció encelándose en el peto. En la segunda entrada se arrancó de largo y el piquero se limitó a marcar el castigo.
6º Aconchado. N. 113 573 kg. Negro listón chorreado en morcillo. Cinqueño. En la primera vara se limitó a marcar el castigo pero marcándolo trasero. En la segunda Repitió la misma operación.
Crónica:
2º Pardillo. N. 172. 561 kg. Castaño. Cinqueño. Solo marcó y salió suelto. En la segunda se limitó a marcar. Esperábamos que el presidente le hiciera entrar otra vez al caballo, pero no hizo falta.
3º Ollero. N. 218. 566 kg. Negro listón chorreado en morcillo. Cinqueño. Marcó el castigo bajo y no rectificó. En la siguiente entrada se agarró arriba pero no lo castigó. No le hacía falta.
4º Lírico. N. 139. 582 kg. Negro listón. Cinqueño. El toro hizo una fea pelea, pero el piquero se limitó a sujetarlo. En la segunda vara marcó el castigo. Otro animal que no necesitó el castigo del montado en un tanque guarnecido hasta las orejas.
5º Archivero. N. 16. 612 kg. Negro listón. Cinqueño. Marcó trasero no lo castigo y el animal artista se lo agradeció encelándose en el peto. En la segunda entrada se arrancó de largo y el piquero se limitó a marcar el castigo.
6º Aconchado. N. 113 573 kg. Negro listón chorreado en morcillo. Cinqueño. En la primera vara se limitó a marcar el castigo pero marcándolo trasero. En la segunda Repitió la misma operación.
Crónica:
Hace años salí de la plaza decepcionado y aburrido de tanta vulgaridad. Le comenté a un amigo si en realidad esta fiesta me gustaba. Me contestó, te gustó lo del día tal, le dije que sí. Me dijo, entonces te gustan los toros. Lo ocurrido esta tarde me ha hecho reflexionar sobre lo mismo. No es que no me gustara lo poco que hizo Morante, pero para armar el revuelo que se armó… Me dolió mucho el espectáculo final, donde solo faltaron los fuegos de artificiales, marcando la línea de salida de lo que se ha convertido Las Ventas. La primera plaza del mundo. Fue deprimente. Pero como el chiste que cuentan de Curro Romero. en una tarde aciaga. El próximo día acudirá a Las Ventas, tu familia, y yo. No es que el torero de Puebla del Rio barriera en esta ocasión a sus compañeros, ni mucho menos, pero lo que hace Morante es visto, por los neo aficionados, con una medida especial. Punto.
La labor de Fernando Adrián en su primero llegó a los tendidos después de una barata faena de muleta a un toro de carril, aliñada del toreo moderno, citando con la muleta colocada en Manuel Becerra y cuando lo intentó al natural no llegó a acoplarse a su enemigo. Con todo esto, recibió un despojó de la presidencia. En su segundo fue a por la Puerta Grande. Visto lo visto, así cualquiera. Recibió a su enemigo con largas cambiadas por triplicado. Fue una manera de ganarse la voluntad de los neo aficionados. Brindó su faena a una señorita del callejón. Estaba preparando el cerrojo de la Puerta Grande. Recibió a su enemigo de hinojos desde la boca de riego, dando una tanda en esta posición, codilleando en cada muletazo cuando recuperó la verticalidad, otra tanda pasando al carretón artista con la derecha pero sacando de su muleta el toreo barato. El toro no dio para más vulgaridad, pero el público si estaba entregado a lo que fuera, pero el acero le aguó la fiesta al madrileño. Fue una pena para él.
El sevillano Borja Jiménez no tuvo su tarde, los toritos que le tocaron en suerte no llegaron a mostrar su condición de artistas, ya que el primero llegó a la muleta con las fuerzas justas y el inválido no pudo colaborar en el festín de fin de fiesta. Fue una porquería de artista si así lo vendió el ganadero, con el agravante que no fue castigado en el caballo. El sexto tampoco colaboró en la fiesta final. No tuvo recorrido aunque metía la cara como un carretón, pero artista, que nadie piense mal.
Creo que la tarde no mereció más comentarios. Reseñar solo que al final de la corrida el ruedo se lleno de espectadores jóvenes, clamando “su” canción que les llenará de gloria y que deberían tener guardada desde el comienzo de la feria: “José Antonio, Morante de la Puebla”, bis, bis... Costará reconocerlo, pero este es el futuro de la fiesta.
©Pepeíllo.
El sevillano Borja Jiménez no tuvo su tarde, los toritos que le tocaron en suerte no llegaron a mostrar su condición de artistas, ya que el primero llegó a la muleta con las fuerzas justas y el inválido no pudo colaborar en el festín de fin de fiesta. Fue una porquería de artista si así lo vendió el ganadero, con el agravante que no fue castigado en el caballo. El sexto tampoco colaboró en la fiesta final. No tuvo recorrido aunque metía la cara como un carretón, pero artista, que nadie piense mal.
Creo que la tarde no mereció más comentarios. Reseñar solo que al final de la corrida el ruedo se lleno de espectadores jóvenes, clamando “su” canción que les llenará de gloria y que deberían tener guardada desde el comienzo de la feria: “José Antonio, Morante de la Puebla”, bis, bis... Costará reconocerlo, pero este es el futuro de la fiesta.
©Pepeíllo.
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