viernes, 3 de octubre de 2025

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo.

Corrida de toros. Feria de Otoño. Segunda de feria

“Un presidente sin criterio coloca a la fiesta en el precipicio”

Se lidiaron toros de Victoriano del Rio y Toros de Cortés, 5º, hierro del mismo ganadero y procedencia. En general bien presentados y astifinos pero nulos de casta, de bravura, blandos de remos y mansos en el caballo. Rebajas de fin de temporada. Cuatro eran cuatreños y dos cinqueños. El coso registró un aforo de 22.723 Espectadores según la empresa. En el primero de su lote Emilio de Justo sufrió un revolcón en la faena de muleta y tuvo que despenarlo Borja Jiménez. Este hecho modificó el orden de lidia y cuando arrastraban al quinto apareció en el ruedo Emilio de Justo para lidiar el que le hubiera correspondido en cuarto lugar. Hecho que motivo que la plaza se volcara en aplausos, con este hecho muchos pensaron que tenía cortada la primera oreja. ¿O no?

Según el parte médico, Emilio de Justo sufrió una contusión costal izquierda.

TERNA:

Emilio de Justo: De verde y oro. En el primero de su lote fue cogido en la faena de muleta y tuvieron que retirarlo a la enfermería en brazos de su cuadrilla. El toro fue estoqueado por Borja Jiménez que recibió el silencio del respetable  En el cuarto, lidiado en sexto lugar, bajonazo. Dos orejas. Salió por La Puerta Grande.

Borja Jiménez. De azul y oro. Lidió en tercer lugar el primero de su lote. Pinchazo y estocada baja. Aplausos. En el quinto estocada trasera habilidosa. Aplausos.

Tomás Rufo: De azul turquesa y oro. El primero de su lote, lidiado en segundo lugar, estocada baja. Silencio. En el sexto lidiado en cuarto lugar, pinchazo y estocada casi entera y desprendida Pitos.

PRESIDENTE: D. Roberto Gómez Guillén.

El presidente no lleva mucho tiempo en el cargo, pero al conceder el segundo trofeo a Emilio de Justo en el sexto, con un bajonazo, dejó marcadas su credenciales. Sr. Presidente una oreja hubiera sido un justo premio y no debió dejarse llevar por las emociones de un público triunfalista. También debió tener en cuenta que el segundo trofeo es opción del presidente de la corrida. La fiesta recibió otro bajonazo infame con esa benevolencia.

SUERTE DE VARAS:

Los montados a su aire. No hay quienes les paren. Pican trasero, les tapan la salida a los toros aún sin ser mansos descarados.

CUADRILLAS.

Los toreros de plata cumplieron en su cometido. En el sexto Morenito de Arlés llevó a cabo una buena lidia.

TORO A TORO

1º Pudoroso: N. 38. 570 kg. Negro. Cuatreño. En la primera vara no se empleó y salió suelto. En la segunda el picador se agarró arriba pero nada le sirvió, el animal no se empleó y no fue castigado.

2º Carterista. N.94. 529 kg. Negro listón salpicado. Cinqueño. El picador marcó arriba el castigo y animal se empleó en la primea vara pero salió suelto. En la segunda fue una buena vara.

3º. Bocinero. N. 152. 5557. Negro. Cuatreño. Acudió suelto al caballo y el picador se agarró como pudo. Rompió la vara en una fea pelea. En la segunda entrada no lo castigó.

4º. Bochornoso. N. 105. 565 kg. Negro listón bragado. Cuatreño. En la primera vara le tapó la salida, nadie entendió por qué. En la segunda el manso se defendió y no se empleó.

5º Soleares. N. 192. 554 kg. Negro. Cuatreño. Hizo una pelea de manso sin entregarse en el castigo. En la segunda salió suelto al sentir el hierro.

6º Diamante. N. 6. 566 kg. Negro. Cinqueño. Al no ser parado de salida el animal acudió al picador de reserva pero no se entregó. Lo sacaron rápidamente. En la primera entrada el picador le zurró la badana y en la segunda se limitó a marcar el castigo. El animal salió suelto.

CRONICA:

Tal y como está el patio, los empresarios tenían que vender estos espectáculos con derecho a ver salir los toreros por La Puerta Grande. De esta manera los que acuden a las plazas no se verían en la necesidad de llevarse por sus emociones y con ellas llevar a la fiesta al borde del precipicio, ya que su triunfo estaría asegurado y también el de los toreros. De momento, esto no funciona así, pero desgraciadamente este tipo de espectadores así lo interpretan. Y eso fue lo que ocurrió ayer. Había que sacar a Emilio de Justo en volandas hacia la calle de Alcalá y también el torero lo interpretaría así.

Cuando Emilio de Justo salió de la enfermería cuando cayó el quinto, lo hizo en olor de multitudes. Y el torero se percató rápidamente del ambiente. Con un mínimo esfuerzo lo conseguiría. Y así fue. El sexto fue un animal que mostró la mansedumbre desde que apareció en el ruedo, y el cacereño lo recibió con una larga cambiada que debió saberle a gloria a los triunfalistas. Cuando tomó la muleta lo primero que hizo fue tirar a la arena el estoque simulado, ¿no tendría el lado izquierdo dañado y por eso basó su faena por el derecho sin la muleta montada? Ese detalle enardeció a la concurrencia triunfalista. Los aficionados no entendían nada de lo que ocurría. La faena tuvo algunos detalles, tratando de interpretar el toreo sin descomponer la figura, pero nada más. La fiesta ya estaba dolida con estos hechos, pero aún tendría que recibir el bajonazo final como lo recibió Diamante y que le concedieran el honor de de salir por La Puerta Grande al concederle la presidencia el segundo trofeo.

Borja Jiménez vino con ganas. En el primero y después lucirse con el capote, en el último tercio se marchó a la puerta de la enfermería a brindar la faena a su compañero Emilio de Justo. Citó a su enemigo desde los medios con dos pases cambiados que levantó los ánimos compungidos de los espectadores. Continuó toreando sin descomponer la figura con el premio de los olés de los tendidos. Me gustó un detalle. Citaba con la muleta plancha, pero cuando intentó el toreo al natural se encontró con un enemigo sin recorrido. Ante esta situación, desplegó valor pisando terrenos comprometidos. El acero seguramente le privaría de un trofeo. En el quinto se encontró con Soleares un toro que no se entregó en el capote. Con la pañosa lo recibió con muletazos por alto, sacándolo a los medios luciendo durante la faena una muleta torera. Con esto terminó el lucimiento de su toreo, el animal no quiso añadir la transmisión que requería la ocasión y el torero se vio en la necesidad de prolongar la faena aportando solo su voluntad.

Qué decir de Tomás Rufo, visto lo que ofreció nadie se explicaba que pintaba el toledano en la terna. Su primero no se empleó en el capote y en la muleta tuvo movilidad pero Rufo interpretó mal su papel. ¿Donde creería que estaba anunciado? Desplegó un toreo vulgar, lleno de ventajas donde solo mostraba pinturería al rematar los muletazos. No tuvo bastante con lo que estaba ofreciendo, sino que se puso pesado. En su segundo los aficionados tuvieron que tragarse el mismo menú que ofreció en su primero, y soportar una segunda entrega de mal toreo, Tandas vulgares citando fuera de cacho y rematados los muletazos para fuera. Parte de los tendidos acompañaron su labor con palmas de tango. Ese no es el camino, torero.

©Pepeíllo.

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