martes, 22 de mayo de 2007

San Isidro 2007 12ª : De "durce"

21-5-2007

Cinco Novillos de Hierbabuena: Encaste Domecq y Guardiola Domínguez. Un sobrero de hato Blanco. Encaste "Los Guateles", vía Torrestrella

  • Antonio Revesado: De grana y oro. Estocada baja saliéndose de la suerte. Silencio. Estocada trasera y tres descabellos. Aplausos y protestas cuando saluda desde el tercio.
  • Daniel Luque: De verde y oro con remates blancos. Estocada atravesada, entrando por derecho. Silencio. Pinchazo atravesado saliéndose de la suerte. Silencio.
  • Salvador Fuentes: De azul marino y oro. Estocada atravesada y un descabello. Silencio. Seis pinchazos y un descabello. Tímidos pitos.
Preside la corrida D. César Gómez Rodríguez. Asesor: D. José Cabezas Porras, “Joselito Calderón”.


De “durce” fue la novillada que trajo Ortega Cano ayer a Las Ventas del Espíritu Santo, tan de “durce”, tan blandita y tan recogidita que casi daba gana de decirle al mayoral, envuélvamela que me la llevo “pa casa”. Los novilleros también fueron de “durce” toreando, lo que ocurre es que aburrieron al personal que tuvo que pasar la tarde como pudo buscando desesperadamente un compañero de tertulia. La otra alternativa era abandonar la plaza. Vamos, que alguno llegó a pensar que se había equivocado de coso, ya que había ido a ver una novillada picada, y allí sobraron los picadores.

Los asistentes se frotaban las manos cuando a las 20: 30 horas ya se había arrastrado al quinto novillo. Pero llegó el Usía y devolvió el sexto porque no podía consentir que la gente saliera antes de la hora de la plaza. Lo que se preguntaban los que no conocían la forma de actuar de este Usía, y por supuesto de su ayudante en la cuestión de asesoría, es que ¿por qué devolvió al sexto y no toda la corrida?

De lo que pasó en el ruedo confieso que no sé que escribir, porque me decía un aficionado próximo a mi localidad: hoy no hace falta tomar notas, ya que es todo lo mismo. Novillos sin picar, porque no les hacía falta, y cuando los picaban los del castoreño se encargaban de dejar en mal lugar a los de su profesión. Toreros que no sabían poner a los novillos en suerte, quedando descolocados, pero eso es normal hoy ya que se está imponiendo la vulgaridad a gran escala sin saber siquiera que cada torero debe ocupar su lugar durante la lidia. Cuando el matador pone al toro en suerte delante del caballo le da igual quedar a la derecha que a la izquierda de éste, sin preocuparse de ello en absoluto.

Los banderilleros pasaban delante de la cara de los novillos como si estos fueran verdaderos “barrabases” de la lidia, no dándose cuenta que eran de "durce". En cuanto a los toreros, no hubo ninguno que se cruzara en la cara del toro, que diera un natural largo, hondo y por supuesto cargando la suerte. Todos lo mismo. Suerte descargada, sin ligar, metiendo el pico, perdiendo pasos y rectificando terrenos. Y a la hora de matar debió de ser un verdadero suplicio para los toreros. No se libró nadie, todos fueron a aliviarse entrando a matar saliéndose de la suerte, excepto Daniel Luque en su segundo que entró por derecho.

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