miércoles, 28 de mayo de 2008

San Isidro 2008 18ª: Qué barato está Madrid

26 de mayo de 2008

Novillos de Guadaira. Encaste: Juan Pedro Domecq.
Terna:
  • Manuel Ocaña “El Sombrerero”: Cuatro pinchazos, aviso, y un descabello. Silencio. Bajonazo y un descabello. Oreja protestada. Vuelta al ruedo protestada al novillo.
  • Juan Luis Rodríguez: Estocada, aplausos y bronca cuando saluda. Tres pinchazos aviso y cuatro descabellos. Silencio.
  • José Manuel Mas: Estocada trapera perdiendo la muleta. Aplausos de sombra. Estocada perdiendo la muleta. Silencio.

Preside la corrida: D. Trinidad López-Pastor

Para que a un novillo se le dé la vuelta al ruedo en esta plaza su comportamiento debe ser ejemplar en todos los tercios y, bajo mi humilde opinión, el premio solicitado por el público y concedido por el Presidente de la corrida al cuarto de la tarde, que le tocó en suerte al El Sombrerero, creo que fue excesivo. Si los toreros que lidiaron a Grosero, que así se llamaba el novillo, hubieran tenido más fortuna, posiblemente el burel hubiera demostrado otras condiciones y se hubiera hecho merecedor a ese premio.

Pero, tal y como se desarrollaron los hechos, no dio lugar ni tan siquiera a la duda. ¿Cuántos toros se han ido al desolladero porque han caído en manos de unos coletas que no han querido lucirlo tapándole sus condiciones posiblemente para ocultar sus propias carencias? El caso de ayer no fue tapado porque el novillo puso en evidencia a toda la prole de profesionales que les tocó lidiarlo. Ya de salida estuvo campando a sus anchas por el ruedo y cuando los piqueros salieron fue de uno a otro sin que ningún torero, ya sea de oro o de plata, lo parara. Salió suelto de su primera entrada al caballo de Raúl Reyes en chiqueros, y eso que era el terreno abonado para que hubiera apretado, la siguiente parada fue el picador de reserva, y no se entregó en la pelea y también salió suelto. Cuando el piquero de turno se colocó contra querencias no se emplearon ni toro ni picador ya que éste se limitó a marcar el castigo.

Eso sí, después siguió poniendo en jaque a la cuadrilla del matador. ¡Vaya sainete que montaron para colocar el tercer par! Si estos señores siguen toreando después de la actuación de ayer, algo no funciona en esta fiesta; o los que asistimos no merecemos acudir a las plazas de toros, o los que se visten de toreros son unos incompetentes. Tal y como está la fiesta hay razones para pensar que es lo primero. Pero como dije, la suerte estaba echada, aunque con la muleta el novillo fue ejemplar ya que no se cansaba de embestir por ambos pitones y el torero más que torear lo que hacía era destorear, confundiendo la cantidad con la calidad. No hay más que decir, a quien le guste ese tipo de faena ya sabe lo que tiene que hacer, aplaudir, primero para que le concedan orejas al torero después de un bajonazo infame, y segundo, hasta conseguir que el Usía muestre el pañuelo azul y conceda la vuelta la ruedo a un novillo que se mereció ser aplaudido en el arrastre.

Todo lo que ocurrió antes y después de lo descrito fue una copia. Novillos que se dejaron y que en manos de toreros con gusto se hubieran dado un atracón a torear, y sin embargo los que visitaron ayer el coso venteño se les fue una oportunidad de oro de haber dado un vuelco al escalafón. Si este es el futuro, “arreglaos vamos”. El Sombrerero no sacó a relucir el oficio necesario que necesitaba para solventar la papeleta que le presentó su primero, un novillo que tiraba hachazos cada vez que pasaba en la muleta.

Juan Luis Rodríguez se encontró en su primero a un novillo que le costaba tragarse el segundo muletazo, pero tampoco se puso en el sitio que requería la faena, siempre al hilo del pitón y perdiendo pasos, en una palabra el toreo moderno, llevando a los tendidos el sopor y el aburrimiento. Con su segundo, al novillo le costaba mantenerse en pie, y tuvo que soportar una faena ventajista y a destajo. El pobre animal cuando lo despenó vería el cielo.

José Manuel Mas, para no ser menos que sus compañeros de cartel, anduvo vulgar en su primero, un novillo con las fuerzas justas pero que al no obligarle, toreando al hilo del pitón, el animal soportó con indignación la faena que le propinó su matador. En su segundo nada que no se haya dicho ya.

La novillada no tuvo tampoco un buen principio, muchos aficionados esperaban con impaciencia el tercio de banderillas del primero de la tarde ya que le tocaba parear al torero de plata, Juan José Rueda, “El Ruso”. Pero la providencia es muy caprichosa y ayer quiso ésta que ninguno de los aficionados saliera contento de la plaza, y en primer envite con las banderillas el novillo apretó de lo lindo y El Ruso tuvo que pasar en falso quedando a merced de su enemigo y durante la carrera que tuvo que dar antes de la cornada con el novillo haciendo hilo, no encontró ningún capote a su paso que la evitara. No dudo que muchos lo intentaron pero, o no estaban colocados en su sitio o estaban aún pensado en la siesta que habían dejado a medias en el hotel para venir a la plaza.

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