martes, 13 de mayo de 2008

San Isidro 2008 4ª: La casta

111 de mayo de 2008

Toros: Dolores Aguirre. Encaste: Atanasio Fernández.

Terna:
  • Fernando Robleño: Pinchazo arriba y bajonazo de juzgado de guardia. Silencio. Estocada baja. Silencio.
  • Sergio Aguilar: Estocada casi entera perpendicular. Cuatro descabellos. Aviso y un descabello. Estocada arriba. Silencio.
  • José Miguel Pérez, “Joselillo”: Estocada caída. Saludos desde el tercio. Estocada arriba. Oreja.
Preside la corrida: Manuel Muñoz Infante.

Joselillo vino a confirmar y confirmó, pero no quería desaprovechar la ocasión de demostrar que quiere ser alguien en esta profesión. Su primero, un manso de libro como toda la corrida, estuvo buscando la puerta de la dehesa desde que apareció por chiqueros, el torero madrileño aguantó los tornillazos que el burel lanzó buscando la presa, embistiendo con la cara alta, recorriendo el ruedo buscando la puerta de chiqueros, y allí de nuevo aguantó el torero lo que el toro le ofreció en sus embestidas. Lo único que adoleció el toricantano es de no bajarle la mano para someter la embestida de un toro que reclamaba una muleta experimentada, pero en su haber diré que toreros con ese “don” hay muy pocos, y los que hay casi no torean para no poner en evidencia a las figuras actuales.

Su segundo enemigo apretó de salida y tuvo que sacárselo con el capote a los medios, pero con esto terminó el ímpetu que el toro tenía dentro. Su flojera, unido a su mansedumbre, le hizo no entregarse en su pelea con el caballo, lo que le valió para seguir en pie, pero aún así perdió las manos en varias ocasiones. El torero brindó al público la lidia de su enemigo y lo recibió con un pase cambiado desde el anillo. Todo lo demás fue voluntad por parte del torero ante un manso que lo único que hizo fue defenderse, y en cuanto lo sometió bajándole la mano, el toro perdió el equilibrio. Basó su faena sobre la mano izquierda aguantándole mucho y le recetó una buena estocada que el público premió con una oreja.

A sus compañeros de cartel también les tocó en suerte unos enemigos que adolecieron de casta y bravura. El primero de Robleño estuvo correteando por el ruedo durante toda la lidia, y tuvieron que darle infinidad de capotazos para intentar fijarlo. El torero fue todo voluntad en su intento de parar al toro, pero este lo único que buscada era un lugar donde nadie lo molestara. Lo único que lo paró fue el bajonazo que le pegó para despenarlo. A su segundo no consiguieron encontrarle la fijeza, y por ende se marcho al picador de reserva y el peón que tapaba puerta en lugar de sacarlo para afuera lo metió debajo del caballo. Los aficionados se preguntaron: ¿qué función hace el torero de plata que tapa puerta? El picador de turno tampoco resaltó en su labor, picó muy mal las tres veces que el toro entró al caballo, demostrando también escasez de fuerzas. El torero no fue capaz de sacarle ni un pase limpio a un toro que lo único que hizo fue defenderse.

A Sergio Aguilar se le vio muy verde. Su primero salió comiéndose el capote que le ofrecía el torero y tuvo que sacárselo para afuera debido a la acometividad de su enemigo. En el caballo le pegaron de lo lindo, y llegó a la muleta con una embestida bronca, pero el torero lo intentó al natural aguantando las acometidas de su enemigo, pero no se acopló con él. Estuvo recorriendo la plaza por los caminos que le marcaba el toro. En su segundo, un toro que le costaba humillar, llegó a la muleta con nobleza que no supo aprovechar, limitándose a dar trapazos hasta llegar a chiqueros. Ese sería el objetivo del toro.

El picador Jesús Del Bosque fue aplaudido en su labor en el sexto.

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