sábado, 24 de mayo de 2008

San Isidro 2008 15ª : No hay quien de más

22 de mayo de 2008

Toros de: Salvador Domecq: Encaste: Juan Pedro Domecq. En la línea de El Torero. Sobrero de Guadalest. Encaste: Torrestrella. Sobrero de Navalrosal. Encaste: Núñez.
Terna:
  • Iván Vicente: Estocada trasera, contraria y atravesada. Aviso, y dos descabellos. Aplausos y pitos cuando saluda. Estocada baja. Saludos con protestas.
  • César Jiménez: Pinchazo, estocada y un pinchazo. Silencio. Pinchazo, aviso y estocada. Silencio.
  • Eduardo Gallo: Pinchazo y estocada. Silencio. Estocada. Silencio.

Preside la corrida: D. Julio Martínez Moreno

No creo que quepa más vulgaridad en esta fiesta en la que hemos tenido la suerte o la desgracia de caer. En la corrida de ayer se pudo comprobar que el toreo moderno que llevan a cabo los coletas actuales está a contraestilo de los toros que salen por chiqueros, si es que estos muestran algo de la raza a la cual pertenecen, porque si son pastueños, no molestan a las figuras en sus “grandes gestas de muleta”, se dejan pegar doscientos muletazos, creo que no merecen llamarse ni toros tan siquiera.
Ni un quite que mereciera la pena destacar durante la lidia de ocho toros, ya que dos fueron devueltos por invalidez de los anunciados, lo que se dice, nada de nada. ¡Vaya tarde! El público conversando con los compañeros de asiento, ya que en el ruedo no se producía nada que llamara su atención, y el que no se hablaba con ellos supongo que estaría peleándose con el sopor que originaba el bochornoso espectáculo. Dicho esto, estuvimos sentados en nuestros asientos hasta las nueve y media de la noche, dos horas y media de duración, y supongo que a cada uno le dio tiempo para reflexionar sobre: ¿Qué he hecho yo para merecer esto¿ o, ¿qué hace una persona como yo, en un sitio como éste?. Pues, ya que estuve, trataré de contarlo.

Iván Vicente se dejó ir un cuarto toro para haber bordado el toreo o por lo menos intentarlo, pero ni por esas. Se limitó a dar pases y más pases a un enemigo con genio pero que se dejaba torear, sólo hacía falta hacerlo. Su primero, un toro que le rompió la taleguilla en el primer muletazo, mostró genio y arreaba pero el torero tenía que haber mostrado otra disposición, porque para eso se viste de torero.

César Jiménez estuvo ventajista y en cuanto se ponía en su sitio no sabía como rematar los muletazos, llevando a cabo un toreo muy amanerado que es lo único que le ha quedado de su anterior etapa. En su segundo estuvo a merced del toro, fuera de cacho y no encontró nunca el sitio que tenía delante del toro.

Eduardo Gallo toreó sin enjundia a su primero con muletazos largos pero sin calar en los tendidos. Este torero casi siempre acaba igual, aburriendo al toro y al público. El sexto de la tarde fue un toro que se dejó torear en la muleta, un toro sin problemas que el torero no aprovechó. Él sabrá porqué.

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