miércoles, 13 de mayo de 2009

11 de mayo de 2009: No se puede pedir más

11 de mayo de 2009

Novillos de: Montealto. Encaste. Juan Pedro Domecq Solís, en la línea de Luis Algarra y El Ventorrillo.

Terna:
  • José Manuel Mas: Estocada delantera, perpendicular y caída. Silencio. Pinchazo sin soltar, media caída y atravesada, un sartenazo en toda regla. Aviso. Silencio.
  • Miguel Tendero: 4 pinchazos y bajonazo de juzgado de guardia. Silencio. 2 pinchazos y 2 descabellos. Aviso. Silencio.
  • Javier Cortés: Estocada perpendicular, atravesada que hace guardia y 2 descabellos. Aplausos. 4 pinchazos y 2 descabellos. Silencio.
Preside la corrida D. Manuel Muñoz Infante.

Con unos novillos de "durce", la plaza casi llena, con la televisión presente, en fin, a todo lujo, y los novilleros se hartan de dar pases sin ninguna sustancia, como si porfiaran entre ellos para ver quien era el más mediocre de los tres.

Los novillos seguro que pensaron: nos crían a cuerpo de rey durante tres años, nos lidian en la llamada primera plaza del mundo, donde dicen que está el público más exigente y entendido, nuestro comportamiento ha sido de acuerdo a las exigencias del ganadero que nos ha seleccionado, es decir, embestir, embestir y embestir, para ofrecer el triunfo en bandeja al coleta que nos toree, y cuando llega la hora de la verdad, nosotros que veníamos tan ilusionados, recibimos una lidia impropia a nuestro comportamiento, y tenemos que llevarnos las orejas puestas al desolladero porque ningún torero ha sido capaz de ponernos en el lugar que nos correspondía.

Nos han picado trasero y algún piquero se ha permitido el lujo hasta de taparnos la salida. ¿Por qué? Si no hemos manseado para que nos traten así, salvo nuestro hermano, que salió en tercer lugar, y que al no ser parado por ningún torero de salida, entró al caballo próximo a chiqueros y claro, seguro que se despistó y cambió el comportamiento que debía tener. Nos han toreado utilizando las ventajas del toreo moderno, es decir, citándonos con el pico de la muleta, que casi nos dejan ciegos, perdiéndonos pasos entre un pase y otro, nos dejaban mal colocados al rematarlos. No ha hecho falta ni que se cruzaran para provocarnos las embestidas, nos hemos adaptado a los terrenos elegidos por el torero. De los quites, mejor no hablar. ¿Estos novilleros son los que ocupan los primeros puestos del escalafón? Vaya futuro que le auguramos a la fiesta.

En la suerte de matar… ¡qué les podemos contar que no hayan visto!. Bajonazos de juzgado de guardia, y no será porque no hemos humillado para que el torero pudiera hendir el estoque en el hoyo de las agujas, pero en lugar de entrar por derecho, se salían de la suerte considerándonos unos novillos marrajos y asesinos ¿Qué más querían? Menos mal que fuimos vengados por nuestro hermano, Barrabás, corrido en sexto lugar. Porque después de ver lo que nos pasó a todos nosotros, se preguntaría, ¿Para qué voy a embestir si después no me van a hacer faena? Y cuando llegó a la muleta, el torero se vio incapaz de sacarle un pase, ya que recibió en varas un duro castigo. ¡Muy bien hecho, Barrabás!

Hemos sentido, de verás, la cogida del torero de plata, Gimeno Mora, pero es que los toros estamos para coger, y los toreros para evitar la cogida toreando. Se ha quedado en la cara del toro algo más de lo previsto, intentando interpretar la suerte de banderillear lo más pura posible, y claro, eso tiene su riesgo. Pero ningún compañero ha llegado a tiempo para echar un capote en la cara de nuestro hermano y tapársela. Es decir, ha sido un cúmulo de despropósitos, pero, en fin, lo sentimos. Esperamos que se recupere lo antes posible.

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