sábado, 23 de mayo de 2009

22 de mayo del 2009: Volvieron los cadáveres y el aburrimiento

22 de mayo del 2009

Toros de: 2º, 4º y 6º de Valdefresno, 1º, 3º y 5º de Fraile Mazas 2º Sobrero de José Luis Marca.
Terna:
  • Juan Bautista: Estocada baja saliéndose de la suerte. Silencio. Estocada baja y tendida. Silencio.
  • Miguel Ángel Perera: Estocada trasera y atravesada, Aviso y 3 descabellos. Silencio. Estocada csi entera. Aviso, 3 descabellos, se echa el toro. Silencio.
  • Alejandro Talavante: Estocada casi entera. Silencio. Estocada arriba, 4 descabellos, aviso se echa el toro. Silencio.

Presidente: Manuel Muñoz Infante.

Como está la cabaña brava española, da pena ver salir por toriles animales sin fuerzas, que en cuanto dan unas vueltas por el ruedo no saben para que están allí, descastados, sin codicia, unos huyendo de los engaños, otros, saltando al callejón, y si no tienen fuerza para hacerlo, van buscando la puerta de la dehesa descaradamente, y el ganadero, supongo, que ni se preguntará en que ha fallado, para qué, el año que viene acudirá a la feria de nuevo.

Ya sabemos que el encaste de esta ganadería es abanto de salida, y que van entrando en faena poco a poco, eso dicen los tratadistas que han escrito sobre ello, pero lo que vale es el resultado final y este ha sido de sopor. Ni un detalle, ni por parte de los toros, ni de los toreros, si este comportamiento se pudiera medir clínicamente, el resultado sería de encefalograma plano, sin vida en el ruedo, y eso que algunos de los coletas eran de los que mandan en el escalafón, esos que van creando arte por todas las plazas donde torean, a criterio de los eruditos de la información, pero, no se que tiene Las Ventas, que en cuanto aplican "la faena tipo", y se les indica desde los tendidos; "así, no", "ponte en tu sitio", "no nos engañes", "adelanta la muleta", "bájale la mano", "torea para dentro, no para fuera", o, "se te ha ido el toro sin torear", ya no saben que hacer, y comienzan a dar pases sin ton ni son, esperando, unos, indicaciones desde el burladero, otros, que los avisos les saque del letargo en que están sumidos, ya que han perdido el norte del tiempo y supongo que el del espacio.

Porque hay que ver la cantidad de avisos que se dan hoy en las plazas, y al final para ver faenas vulgares y sin contenido, supongo que esperando la inspiración que no llegará nunca, aburriendo soberanamente al respetable. El resultado de este comportamiento es la componente que se va imponiendo en el público sobre la valoración a los toreros en sus actuaciones. Se ha impuesto la cantidad, no la calidad y para ello es casi obligatorio que hay que agotar el tiempo marcado por el reglamento para matar al toro, y cuando aparece un torero que prueba a su enemigo por ambos pitones y comprueba que el toro no tiene condiciones para la lidia, y decide tomar el estoque de matar para acabar con su enemigo, el público protestar airadamente, y se siente estafado. Sin embargo cuando el torero se deja ir un toro, sin torear, pero le ha recetado 200 pases, son los primeros en agitar los pañuelos al viento solicitando los trofeos, y si el presidente no los concede, se permiten el lujo de llevar a efecto un altercado público.

Ayer se pudo comprobar que Talavante sigue en una línea apática, sin sitio, aunque los toros demostraron estar escasos de fuerzas, algunos llegaron a la muleta para que el torero hubiera sacado de ellos, sino el triunfo esperado, si una faena que le sirviera para salir del pozo donde se encuentra.

Juan Bautista sigue en la misma línea, con el toreo de mentirijillas, sin atreverse a dar el paso para adelante y tratar de encontrar el sitio que tuvo en años pasados, con el agravante que si este estado se prorroga demasiado, llegará el día que le falten los contratos y aparecerán las lamentaciones. Esperemos que no sea así.

El que volvió a decepcionar fue Perera, un torero que venía como plato fuerte de la feria y sin embargo, ha dado da la impresión que le está pesando esta responsabilidad. A su primero, en cuanto le bajó la mano, el toro se le fue al suelo, y tuvo que hacer de enfermero, y claro, eso en otras plazas cuela y adema con orejas, pero en esta, no. Habrá que recordarle el mensaje que le envió una aficionada en su primera actuación: "A Madrid, se viene con toros. Perera". No con esta porquería de ganado. En su segundo, mas de lo mismo, y ante un invalido sin trapío que mantuvo el tipo en el ruedo gracias a la poca casta que llevaba dentro, llegó a la muleta para dejarse hacer lo que el torero supiera, pero no lo entendió ya que debido a la escasez de fuerzas el toro calamocheaba y acabó subiéndose a las barbas del torero. La tarde no dio para mas, y si no fue así, el aburrimiento hizo estragos en la mente de los aficionados y la mía no iba a ser una excepción.

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