martes, 26 de mayo de 2009

25 de mayo del 2009: El futuro

25 de mayo del 2009

Novillos de: Guadaira. Encaste Jandilla

Terna:
  • Francisco Pajares: Pinchazo hondo tendido y bajo, sartenazo, aviso y 2 descabellos. Silencio benevolente. Estocada que rueda sin puntilla, saliendo arrolado sin consecuencias. Saludos desde el tercio.
  • Juan Carlos Rey: Estocada trasera. División de opiniones. 2 pinchazos, aviso, estocada perdiendo la muleta que rueda sin puntilla. Aplausos.
  • Pablo Lechuga: Estocada atravesada, estacada casi entera caída. Silencio. El novillo aplaudido en el arrastre. Pinchazo y sartenazo para cortarse la coleta. Silencio.

Presidente: Trinidad López Pastor


El futuro está a la vista, sobretodo para estos novilleros que se han enfrentado hoy a una novillada de la ganadería de Guadaira, y la casta de los novillos pusieron en aprietos a los tres matadores que no estuvieron a la altura de sus enemigos. Fueron novillos que dieron un juego variado, pero todos pidieron a los toreros las credenciales que les habían dado en la escuela, y estos, en lugar de mostrársela, como debería haber hecho cualquier torero que se viste de luces, no pararon de ofrecer lo que tenían a mano, que era su voluntad. Poco bagaje para afrontar el futuro con garantías en este oficio.

En su comportamiento, unos metieron la cabeza con clase, otros había que lidiarlos para enseñarles lo que tenían que hacer, en todos los casos ningún torero encontró el sitio que requería la lidia de sus enemigos. A los que le tocaron en suerte novillos que había que lidiarlos antes de ponerse bonito en la cara de su enemigo, no supieron o no conocían estas reglas, y aplicaron la lección equivocada, terminando siendo toreados por sus enemigos.

Así es la casta, y el aficionado sufría viendo como se iban desmigando las oportunidades que le ofrecieron los novillos, sin que ningún coleta supiera sacar el provecho que les pusieron a su alcance, y si no se produjo algún percance grave fue porque la nobleza de los bureles les perdonó de la cornada en varios momentos. Como dije, así es la casta, por eso muchos toreros no la quieren ni ver, y otros, de contrastada fama, no saben ni que existe.

Francisco Pajares tuvo un manjar en su primero y se dedicó a darle pases con la mano derecha fuera de cacho y cuando se acordó de echarse la muleta a la izquierda, el novillo ya le estaba pidiendo una paz merecida. Más no pudo hacer por el torero. Alguien les tiene que recordar a estos aspirantes a matadores que la mano derecha es para adornarse y donde están las faenas grandes es toreando al natural y por supuesto, en los morrillos de los toros. Con su segundo no pudo, ya que en lugar de someterlo para mostrarle quien era el torero, solo se le vio voluntad, y claro, de eso los novillos no entienden.

El primero de Juan Carlos Rey le puso muy fácil el toreo, pero el coleta no lo supo aprovechar, ya que su faena no llegó a los tendidos y menos a las gradas y andanadas que están más lejos. En su segundo, no hubo sintonía entre toro y torero y el diapasón no encontró las notas adecuadas y el novillo termino desengañado de tanto trapazo.

Pablo Lechuga anduvo algo desafortunado en su primero, realizando un torero un poco acelerado y falto de técnica, el novillo le arrolló y al quedarse en la cara de su enemigo la nobleza de este le perdonó la cornada. Su segundo en cuanto intentaba pararse con la muleta, le ponía en aprietos, y no llegó a enterarse que cada novillos tiene su faena, y en lugar de doblarse con el para someterlo, comenzó a darle pases aplicando los defectos del torero moderno y claro, su enemigo se le subió a las barbas.

No quiero terminar este panfleto, sin mencionar la labor del picador Oscar Bernal, que tuvo que soportar los aplausos del público ya que picó arriba las tres veces que el sexto de la tarde entró al caballo, algo insólito en los tiempos que corren, ya que es mas propio que los espectadores descarguen sobre los varilargueros su ira por lo mal que lo hacen.

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