viernes, 5 de junio de 2009

4 de Junio del 2009: Cuando vuelve la casta desaparecen los toreros

4 de Junio del 2009 Segunda corrida de la feria del Aniversario.

Toros de: El Pilar. Encaste Juan Pedro Domecq.

Terna:
  • Uceda leal: Estocada desprendida. Saludos desde el tercio. Estocada de bonita ejecución. Saludos desde el tercio.
  • Alejandro Talavante: Media desprendida, pinchazo sin soltar y estocada. Tímidos pitos. Estocada habilidosa, 3 descabellos. El descabello salió despedido e hirió a un espectador de un burladero. Pitos.
  • Daniel Luque: Estocada trasera. Silencio Estocada saliendo encunado sin consecuencias. Silencio.
Presidente: Julio Martínez Moreno.

A Rosa


Cuando vuelve la casta desaparecen los toreros. Daniel Luque fue un torero muy distinto a su última comparecencia en Las Ventas, y es que cuando el toro saca algo de fiereza de la que lleva dentro y que los ganaderos aun no han podido eliminar porque no tienen conocimientos para ello, los toreros pasan los apuros que ayer pasó Daniel Luque en el sexto, el cual no pasó de la voluntad que puso en el empeño, pero los toros de eso no saben, al toro encastado hay que poderle con la muleta, y hay que decirle con muletazos, quien manda en la pelea, y no valen florituras, ya que el espectador adelantado se da cuenta rápidamente de la situación.

Con estos toros no valen las tontadas que aplican al toro bobalicón, que va por donde pones la flámula y si desvía la embestida, te pide perdón. Con estos toros los errores se pagan, y si no los pagas es porque la habilidad del torero le permite esquivar la cornada, pero lo que no pueden evitar es el no estar a la altura de lo que debe exigirse a un señor que se viste de luces. En una palabra, Daniel Luque no pudo con el sexto toro, un manso encastado que al final puso en apuros al torero al entrar a matar, encanándole sin consecuencias para el, de o cual nos alegramos.

Uceda Leal encandiló a los espectadores al recetarle a su primero una serie de redondos templados, bajando la mano, y lo mas importante, ligando. Qué pena que la faena no tuviera la continuidad por el pitón izquierdo, que hubiera permitido el triunfo que seguramente le deseábamos todos, para que el torero madrileño salieran de ese letargo que parece que se ha establecido en su carrera. Uceda se lo merece, ya que es un torero que no ha rehuido nunca la responsabilidad de enfrentarse a las corridas para las que ha sido llamado, y por supuesto la mayoría de ellas con la vitola de las denominadas duras, y ese hecho en si, merece el respeto de la afición de Madrid.

Su segundo fue un toro que comenzó presentando sus credenciales de manso, para ello intentó saltar al callejón pero falló en su intento. La lidia no tuvo desperdicio, desde el picador hasta los banderilleros dio la impresión que se pusieron de acuerdo para ver quien lo hacía peor, y claro, en estas condiciones lo que le llegó al maestro al último tercio no era lo que el esperaba. Aún así, el toro comenzó metiendo la cabeza en la muleta de lujo, pero, como dice el refrán, la alegría dura poco en la casa del pobre, el torero no aprovechó lo poco y bueno que su enemigo le ofreció y cuando quiso ponerse a torear, el toro no colaboró en su empeño. No obstante el torero tuvo el detalle de ofrecernos una estocada de bonita ejecución, por la cual se merecía la vuelta al ruedo.

Alejandro Talavante no ha tenido ningún detalle que haya justificado su inclusión en los carteles de la feria. Así de claro están las cosas para este torero. Durante todas sus actuaciones ha sido incapaz de levantar ni tan siquiera un murmullo de esperanza, que algo grande podía ocurrir en algunas de sus faenas. Su primero fue un toro que estuvo toda la faena marcándole los tiempos de los muletazos, acudiendo con bondad al engaño, pero el torero no encontró, o no quiso encontrar la manera de salir de la vulgaridad de su toreo. En su segundo, el público le encrespó que no diera ni un muletazo limpio, quedando desbordado, no por la acometida del toro, sino por su propia ineficacia.

Pepeíllo

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