martes, 25 de mayo de 2010

24 de mayo de 2010: Novillos para recordar

Novillos de: Guadaira. Encaste: Jandilla
Terna:
  • Arturo Zaldívar: Pinchazo atravesado y 7 descabellos. Silencio. Estocada baja perdiendo la muleta. Silencio. El novillo aplaudido en el arrastre.
  • Luis Miguel Casares: Estocada algo trasera que dobla el novillo. Silencio. Sartenazo infame saliéndose de la suerte. Silencio.
  • Cristian Escribano: Pinchazo. Aviso. Estocada atravesada y trasera. Pitos. El novillo aplaudido en el arrastre. Pinchazo que salta por los aires el estoque, pinchazo, aviso y descabello. Silencio.
Preside la corrida: D Trinidad López Pastor

Desconozco el nivel de afición que estos novilleros hubieran tenido si ayer hubieran sido espectadores, ni la que les ha llevado a meterse en este circo del toreo, pero lo que demostraron sobre el albero de Las Ventas no es para sentirse orgullosos, ni como toreros, ni cono aficionados, por muy bajo que sea el nivel de exigencia que tengan.

Otro problema de este oficio, de arte, pero oficio al fin y al cabo, es la inversión que hay que llevar a cabo para hacer a un torero. Si tienes medios, bien, es una inversión más, dentro de los negocios que tenga la familia, que puede salir bien o mal, pero si son escasos y los chavales desaprovechan las ocasiones que les pusieron en bandeja los novillos de Guadaira, pues hoy mismo y sin falta deberían tomar una decisión, y esta no es, ni más ni menos, que cortarse la coleta. Aunque en este mundillo tan particular, lleno de gente sin escrúpulos, si los taurinos creen que se puede seguir explotando al chaval, aunque no reúna recursos técnicos, le seguirán llevando montado en la mentira hasta que se agote el filón.

Ayer tuvieron ocasiones de oro para haber triunfado plenamente en la mal llamada “Primera Plaza del Mundo”, perdón por las mayúsculas, pero no supieron aprovechar las condiciones de los novillos que les tocaron en suerte. Excepto el primero, que adoleció de la fuerza necesaria para llevar a cabo el toreo que de momento reclama esta plaza, los demás pusieron en el camino el triunfo a los coletas, pero estos se perdieron y no encontraron la salida adecuada, y eso que los novillos les fueron marcado en cada embestida por donde tenían que ir, pero nada, no hubo forma de que se adaptaran al lenguaje de sus enemigos, es decir, al de sus amigos, y lo que hicieron fue hartarse de dar pases pero en dirección contraria, y claro, cuando se quisieron dar cuenta estaban totalmente perdidos.

Tendrán que reclamarles a las “escuelas de tauromaquia que les enseñaron a torear y que con este tipo de toreo les prometieron el triunfo. Pero se olvidaron de un hecho fundamental, que ese toreo vale para otras plazas, pero para la mal llamada “Primera Plaza del Mundo” aún no. Llegará el día en que valga y en ella corten las orejas con las mismas facilidades que en otras, pero de momento tendrán que esperar. No hay nada más que ver las estadísticas para comprobar que tanto Casares como Escribano venían con aureola de toreros con oficio. El año pasado el primero hizo el paseíllo en 37 ocasiones y el segundo en 27, quiere decir que venían “rodaos”, pero alguien debía haberles aleccionado que Madrid, de momento, sigue siendo Madrid, y aunque en los despachos ya no sea “La Primera Plaza Del Mundo” en los tendidos aún se valora el torero como mandan los cánones.

De esta bonanza de ganado destacaron el tercero y el cuarto, los cuales fueron ovacionados en el arrastre. Sin embargo los novilleros, excepto Escribano que fue pitado en el tercero, los demás consiguieron sendos silencios.

©Pepeíllo

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