martes, 22 de mayo de 2012

21 de mayo de 2012: La exigencia de la fiesta


Toros. 4 de Antonio Bañuelos y 2 de Couto de Fornilhos, lidiados en 5º y 6º lugar.  

Terna:
  • Zotoluco: Estocada trapera saliéndose de la suerte. Silencio. 2 pinchazos y estocada baja. Silencio.
  • Diego Urdiales: Pinchazo, aviso, Estocada trasera caída y atravesada y descabello. Aplausos y pitos cuando saluda. 2 pinchazos. Aviso, estocada casi entera algo trapacera y dos descabellos. Silencio.
  • Morenito de Aranda: Estocada delantera, aviso y descabello. Oreja. Pinchazo, aviso, estocada casi entera y atravesada. Silencio.
Suerte de varas:
  • Primero: Fullero. Lo picó en los bajos. El toro se dejó pegar pero salió suelto de la suerte. Lo picó en el mismo lugar, rectificó y colocó la puya trasera. Le costaba humillar al burel y le dieron muchos capotazos para colocarlo en suerte.
  • Segundo: Chistoso. Derribó de forma aparatosa al caballo y al montado. En la segunda entrada se dejó pegar pero sin codicia.
  • Tercero: Sargento: Lo picó trasero, se dejó pegar y Salió suelto. En la segunda entrada al caballo lo picó bajo y le recetó otra puya al relance.
  • Cuarto: Lana Virgen. Se arrancó de largo y lo picó trasero Nacho Meléndez, el toro no se empleó. En la segunda vara se volvió a arrancar de largo y derribo, mandando al caballo y al picador contra la barrera. Quite jaleado de Urdiales. La tercera entrada al caballo fue espectacular. El toro arrancándose de largo y el picador picando en el morrillo. Fue maravillosa esta suerte. El piquero fue aplaudido hasta que se retiró por el portón de cuadrillas.
  • Quinto: Andaluz. Manseó sin fijeza en su primera entrada al caballo y el montado le tapó la salida. Acudió de nuevo sin colocarlo en suerte, y siguió manseando.
  • Sexto: En la primera vara empujó con fijeza el galán, En la segunda vara lo picó trasero y el burel se enceló en el peto.

Incidencias: El segundo, el 3º y el sexto fueron devueltos al corral y en su lugar se lidiaron tres sobreros de Aurelio Hernando, Carmen Segovia y Domínguez Camacho. El torero de plata Luis Carlos Aranda se desmonteró en el tercero de la tarde al parear espléndidamente al tercero de la tarde. Morenito de Aranda brindó su segundo toro al banderillero de su cuadrilla, Luis Carlos Aranda.

Presidente: Devolvió tres toros al corral y concedió una oreja a Morenito de Aranda en el tercero con petición minoritaria.

Los aficionados se marcharon de la plaza con un sabor agridulce, primero porque Morenito de Aranda había perdido dos oportunidades para haber abierto La Puerta Grande, que en esta feria se está resistiendo y se están oxidando los goznes, segundo porque el festejo terminó a la diez de la noche, y la empresa no tuvo el detalle de dar de cenar a estos sufridos espectadores que tuvieron la paciencia de estar tres horas sobre la piedra, para que luego un torero no supiera dar la medida que exigían sus enemigos. El motivo principal de la tardanza, fue que tres toros se tuvieron que marchar al corral y Florito en el último, tuvo que sacar sus habilidades con su chaquetilla para llevar al toro a golpe de “chaquetillazo” por dentro de la barrera hasta los toriles. Fue un espectáculo. Los tres toros pasaron el reconocimiento del caballo con muchas dudas sobre su comportamiento, pero al llegar al tercio de banderillas dos de ellos se derrumbaron sobre la arena y uno tuvo que ser apuntillado por el puntillero de la plaza porque no podía levantarse. El detalle “golfo” lo puso la cuadrilla de Morenito que no tuvo el detalle de acompañar al puntillero en el ruedo, por si había que auxiliarle. ¿Qué le harán a los toros para que tengan este comportamiento? Esperemos que tomen nota de lo ocurrido con el fin de erradicar de la fiesta la manipulación en estos animales.

Ayer se volvió a vivir en Las Ventas una suerte de varas que emocionó a los tendidos, después de tanto tiempo de vulgaridades. La ejecutó Nacho Meléndez en el cuarto de la tarde. El toro se llamaba Lana Virgen y era justito de trapío y le salvaba la cabeza. Fue muy emocionante ver al toro colocado en la suerte, que se arranca., que no se arranca, y al picador citando y toreando con el caballo, y cuando el toro se arrancó por tres veces causó la sensación en los tendidos.

Por su parte Morenito tuvo el triunfo en su muleta con el tercero de la tarde pero la dejó escapar. Antes con el capote había calentado los tendidos cuando se tuvo que sacar a los medios al toro a golpe de capotazo, ganándole terreno y enseñándolo a embestir. Fue muy bonita la pelea que mantuvo con su enemigo. Ya con la franela lo intentó al natural, pero por este pitón el torero no se acopló, le tocaba la muleta y tenía que rectificar terrenos al quedar descolocado. Fue por el derecho, el pitón bueno, aunque el toro se le quedaba algo corto en su recorrido, donde consiguió acoplarse y obtener unas series de redondos que le permitieron cortar una oreja, pero en honor a la verdad, dejó un sabor amargo ya que estuvo por debajo de su enemigo. Pero salió el sexto de la tarde, un toro protestado de salida por su falta de trapío, que mostró codicia en la muleta. El torero arandino se dobló con el fin de intentar bajarle los humos y de meterlo en la muleta, pero el toro comenzó a calamochear con peligro y el torero que debía haberle bajado la mano, para imponer su mando decidió no jugársela, en lugar de tomar el camino del triunfo que le estaba indicando su enemigo. El toro se fue creciendo en sus defectos y al final impuso su ley. Fue una pena, estos tipos de toros son los que engrandecen a aquellos toreros que intentan dominarlos toreando, sin necesidad de hacer el toreo bonito.

Por su parte, Zotoluco se encontró en su primer enemigo con un toro que le había avisado dos veces por el pitón derecho y cuando llegó a la muleta tenía una embestida bronca que el torero mejicano no supo corregir. En su segundo y ante un toro que tenía mucho que torear y hacer tragar mucho al torero, éste decidió aliviarse y el toro terminó defendiéndose.

A Diego Urdiales se le echó en falta esa decisión y firmeza que el torero riojano ha estado demostrando en los últimos años. En su primero y ante un enemigo que rebañaba en un palmo de terreno intentó fajarse pero ante el juego de su enemigo decidió abreviar. Su segundo fue un toro que mostró blandura, hecho que motivó que perdiera las manos al comienzo de la faena. Fue un toro que no trasmitió nada a los tendidos. Por su parte el torero no se acopló y estuvo desconfiado y sin sitio, terminó pasándose de faena y poniéndose pesado como es habitual en el torero moderno. Otra vez será, torero.


©Pepeíllo

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