martes, 29 de mayo de 2012

28 de mayo de 2012: Arte y ganas de triunfar


Novillos de: Guadaira. Encaste Juan Pedro Domecq-Jandilla

Terna:
  • Alberto Duran: Estocada perpendicular recibiendo. Silencio. Bajonazo de pena. Silencio benevolente.
  • Gómez del Pilar: 2 Pinchazo, bajonazo de escándalo. Saludos desde el tercio. Pinchazo y estocada muy baja. Oreja.
  • Damián Castaño: Estocada desprendida. Silencio. Pinchazo, al segundo intento lo cazó de una estocada baja. Silencio
Suerte de varas:
  • Platanero: En la primera vara marcó trasero no lo castigo. La segunda algo caída, tampoco lo castigo. Debía ir al oculista este piquero o abandonar este oficio. El novillo tampoco hizo nada digno de resaltar.
  • Pintor: Lo coge delantero y no le apretó. En la segunda vara lo pone de largo y el novillo se arranca, pero no lo castiga, el burel pierde las manos.
  • Canallito: Lo pica delantero, pero el novillo no muestra mucho interés en la pelea. La segunda vara prácticamente no existió.
  • Candil: Lo recibe el picador con la caña de pescar en la mano. Que poca profesionalidad muestran estos piqueros. Lo pica trasero y le tapó la salida, el burel empujó y se dejó pegar, pero salió suelto. En la segunda vara lo puso de largo, el novillo se arrancó pero el piquero se agarró trasero y no lo castigó.
  • Hortensio: Se dejó pegar en la primera entrada al caballo. Se arranca de largo y lo pica en la paletilla. Que mal el picador. Debía plantearse una retirada, la afición se lo agradecería.
  • Animador: Lo picó trasero aunque rectificó. En la segunda vara la puya la coloca baja, y el novillo manseó.
Incidencias
Como todas las novilladas apareció el cemento en casi todos los tendidos y como en casi todas las novilladas, saltó la sorpresa. Ya lo dicen los antiguos del lugar: Si te consideras aficionado, no faltes a ninguna novillada.

Presidente
A decir verdad todos los presentes sabían que en la plaza había una persona que manejaba los tiempos de las suertes, pero nadie se acordó de él, como tiene que ser.

Hay que asistir a las novilladas. Este hecho debería ser ley para todo aquel que se considere aficionado. Hasta el presente, lo único bueno de la feria ha salido de estos festejos. Ayer se lucieron dos banderilleros, el primero Agustín Serrano, de la cuadrilla de Damián Castaño. El novillo se acunó en tablas y antes de que el compañero que lidiaba le tuviera que dar dos o tres capotazos de más para sacarlo de querencias, el banderillero se acercó a tablas y citó desde allí, el novillo se arrancó y puso un par al sesgo que levantó a los aficionados de sus asientos. Hacía tiempo que no se veía un par como este. El torero de plata tuvo que desmonterarse. En el quinto de la tarde, preludiando lo que ocurriría después en la faena de muleta de su maestro, apareció en la arena Fernando Sánchez, tercero de la cuadrilla de Gómez del Pilar, y cuando los presentes aún no se habían recuperado del disgusto que les dio su compañero David Pascual, al fallar en el primer envite del tercio, cuando vieron colocado a Fernando Sánchez, dispuesto a colocar el segundo par. Comenzó a andar con elegancia, dejándose ver y acercándose a su enemigo hasta casi entrar en jurisdicción, y dándole todas las ventajas al burel le ganó la cara, y clavó reunido arriba saliendo andando de la suerte. Aquello fue puro arte. Pues, no terminó ahí la inspiración del torero. En el tercer par, volvió a fallar su compañero, y tuvo la deferencia hacía él y sobre todo, hacía el público, de repetir la gesta como si nada hubiera ocurrido. Fue maravilloso. Toda la plaza puesta en pie aplaudiendo al torero de plata. Si hubiera dado la vuelta al ruedo a nadie le hubiera sorprendido. Los dos toreros de plata saludaron montera en mano, en ese momento nadie escamoteó un aplauso para el compañero que se había unido al saludo sin hacer nada para merecerlo, pero, como lo estaría pasando mal, le serviría como estimulo.

Por su parte, Gómez del Pilar, consiguió que los aficionados abandonaran el coso hablando de toros. A unos les gustó más, a los puristas, no tanto, pero su disposición en sus dos novillos a nadie dejó indiferente, como tampoco dejaron indiferentes los novillados. El torero vino a triunfar y si no lo consiguió fue porque estuvo muy mal con el acero En el segundo de la tarde comenzó recibiendo a su enemigo a portagayola, aunque esta suerte no es del agrado de Madrid, dice mucho de la disposición que traía el torero. Ya con la franela lo recibió de hinojos desde el anillo, templando unos muletazos aprovechando la bondad que manaba del burel. Continuó con una serie muy templada de derechazos, largos y algo despegadillos, abrochados con un pase de pecho de pitón a rabo, continuando con unos remates echándose al novillo por delante. Con la izquierda le sacó una serie de naturales templados, bajando la mano durmiéndose en la suerte, que sacó de las gargantas de los presentes los primeros olés de la tarde. El único pero, es que prolongo la faena demasiado, la cual la remató con unas bernardinas ajustadas y adornadas con dos pases de pecho. Pero cuando se tiró a matar no le acompañó la suerte y perdió con ello todo lo que tenía ganado y casi metido en el esportón.

Y como el torero había venido a triunfar y ese era su objetivo, volvió a recibir a su segundo enemigo a portagayola, recetándole en querencias unas verónicas donde tuvo que aguantar el empuje del novillo en chiqueros. Comenzó la faena de muleta con un estatuario, colándosele el novillo, pero el torero no se arrugó, se echó la muleta a la izquierda y en ella basó su faena. Dio unas series de naturales bajando la mano donde el novillo surcaba la arena con el hocico, rematadas con pases de pecho al hombro contrario, sin aliviarse aprovechando el viaje del toro. En una de ellas perdió la muleta, pero el público, metido ya en la faena, ni se percató del detalle. Muchas figuras tendrán que aprender de este coleta que, de momento, quiere ser torero. Abundaron los remates toreros, cada muletazo levantaba del asiento a los espectadores, en fin, una tarde para no olvidar, tanto para el público como para el matador, ya que si llega a cuajar como torero, no se le olvide torear, como les ha ocurrido a muchos de ellos, y sobre todo, que con la práctica corrija algunos defectos que por supuesto aparecieron en sus dos actuaciones, pero que no merece la pena mencionar, ya que no hay que olvidar que es un novillero. La oreja fue un regalo debido al bajonazo que le recetó a su enemigo. Una verdadera pena, torero.

Esta tarde torearon también dos novilleros, Alberto Duran y Damián Castaño, a ambos se les vio verdes y eso que la novillada fue de lujo, y en ningún momento les pidió el carnet de torero, pero ninguno supo aprovechar la ocasión que se les presentó.

©Pepeíllo

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