lunes, 28 de mayo de 2012

27 de mayo de 2012: Los toreros no estuvieron a la altura


Toros de: Baltasar Ibán, Encaste Contreras y Domecq en la línea de Los Guateles-María Antonia Fonseca
Terna:
  • Fermín Spínola: Estocada que vale. Silencio. Estocada en los bajos. Silencio.
  • Serafín Marín: Pinchazo, aviso, estocada y descabello División de opiniones cuando saluda. Metisaca, 2 Medias estocadas tendidas, perdiendo la muleta. Aviso. Estocada baja que vale.
  • Rubén Pinar: Estocada habilidosa, saliéndose de la suerte. Silencio. Media atravesada. Silencio.

Suerte de varas:
  • Lastimoso: En la primera vara se dejó pegar, le tapó la salida el piquero de turno y salió suelto del caballo. En la segunda entrada lo picó en la paletilla. Después de picar en los bajos, a nadie le extraño que el toro saliera suelto del piquero y no quisiera volver.
  • Pistolero: El toro empujó con fijeza y se durmió en el peto y el picador no levantó la vara, hecho que le reprocharon los espectadores. En la segunda entrada el toro acudió a la cita del picador con alegría, pero el montado se limitó a marcar la vara.
  • Camarito: No se empleó en la primera cita con el caballo. En la segunda lo picó trasero, manseó y salió suelto del caballo.
  • Ruiseñor: Acudió con prontitud pero manseó en la pelea. En la segunda entrada el piquero no lo castigó.
  • Asustado: Acudió al caballo con fijeza y se creció en el castigo. En la segunda entrada lo picó trasero y el toro salió suelto de la pelea.
  • Camarino: Picó trasero y el animal se defendió. En la segunda entrada lo picó en los bajos y el animal intentó quitarse el hierro. Con un piquero de esta catadura que toro no mansea
Incidencias: El segundo toro de la tarde, de nombre Pistolero, fue aplaudido en el arrastre. Vaya sainete que montó el torero catalán, Serafín Marín, para matar a su segundo enemigo. En el cuarto de la tarde se lucieron en banderillas, tanto El Chano como Francisco Javier Rodríguez, que tuvieron que desmonterarse. Asistió a la corrida una hija del Rey de España, a la cual los toreros brindaron algunos de sus toros. Las monteras antes de llegar al Palco Real, tuvieron que pasar de mano en mano por los tendidos, originando en alguno momento la rechifla de los espectadores.

Presidente: En esta ocasión pasó inadvertida la actuación del presidente, D. Julio Martínez Moreno. Como tiene que ser.

Hubo dos toros que sacaron casta y que llevaron la emoción a los tendidos, pero los toreros no estuvieron en su sitio. En el segundo de la tarde Serafín Marín no estuvo a la altura que requería su enemigo, solo dio una serie de redondos aguantando la acometividad de su enemigo, a continuación el toro fue quien impuso su ley, la ley de la casta, y claro, es por este motivo por lo que los toreros figuras no quieren ni oír hablar de ella, ya que les obliga a tirar de recursos para intentar someterlos y tienen que exponer ante un animal que no permite el más mínimo error. Serafín Marín tuvo la honradez de enfrentarse a una corrida de este tipo, pero en honor a la verdad, estuvo por debajo de su enemigo, tenía que haberle bajado la mano y no lo hizo. En cambio trató de adornar con unas manoletinas una faena que no existió. A Serafín Marín, como a la mayoría de los toreros, se le olvidó torear. Su segundo enemigo fue un toro que en lugar de llevar casta en la sangre llevaba sosería, pero que se dejó torear en los primeros compases de la faena, pero no se ajustó a su enemigo y cuando quiso darse cuenta el toro se había apagado. Es otro de los problemas del torero moderno, creer que todos los toros son parecidos al carretón, o en el peor de los casos al borrego con cuernos, y que se les puede recetar doscientos pases, quieran o no quieran los toros, pero este no quiso.

El tercero de la tarde fue un manso encastado que llegó al último tercio metiendo la cabeza allí donde ponía la muleta el matador, Rubén Pinar, pero el torero de Albacete no lo entendió así. Toreó a su enemigo sin hondura, de una manera vulgar, es decir, fue una mala copia del que practican las figuras y no llegó a los tendidos. Una pena que se dejara escapar esta ocasión que le hubiera permitido para situarse en el escalafón, ya que su segundo, enemigo, sexto de la tarde, no le dio esa oportunidad, ya que llegó a la muleta muy parado y el torero tuvo que limitarse a abreviar.

El primer burel del mejicano Fermín Spinola, no llegó a calar en los tendidos, pero su faena tampoco fue para recordar. Lo intentó con la muleta retrasada y por muy bonito que quiso ponerse en la cara del toro, si de su franela no manaba nada interesante, no pudo evitar que los espectadores perdieran el interés de lo que acontecía en el ruedo y aprovecharan la ocasión para cambiar impresiones con los vecinos de localidad. En su segundo, cuarto de la tarde, volvió a aparecer otra oportunidad que el torero no la supo aprovechar. En el principio de faena se dobló con su enemigo con maneras pero con esto terminó toda la enjundia que traía preparada para esta tarde. No pudo con su enemigo, no le dio distancia y no se ajustó a las condiciones del astado, que le dio la oportunidad de lucirse, pero el torero no lo entendió así. Después de tanta vulgaridad y tantas ocasiones perdidas, el público abandonó el coso cuando eran las nueve y media de la noche, y todo para nada. La corrida de Baltasar Ibán estuvo en el tipo, salvo el primero que salió con mas caja que sus hermanos de camada. En la pelea que mantuvieron con los montados, en líneas generales, mansearon, destacando el segundo.


©Pepeíllo

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