sábado, 18 de mayo de 2013

18 de mayo de 2013: ¡QUÉ DECEPCIÓN!


Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Feria de San Isidro. 10º de feria. Corrida de toros.

Ganadería: 6 Toros de Victorino Martín. Encaste Albaserrada. Mal presentados, mansos, descastados y algunos blandearon. Hubo alguno que se dejó torear con la muleta. El público salió decepcionado por el juego ofrecido.


Alejandro Talavante como único espada: De Corinto y oro.
  1. Bajonazo que hace guardia, estocada tendida, el toro se marcha a morir a tablas. Silencio. 
  2. Estocada tendida. Se marcha a morir a toriles y allí descabella. Silencio. 
  3. Estocada atravesada, cuatro descabellos. Saludos desde el tercio 
  4. Estocada que vale. Silencio. 
  5. Pinchazo y estocada trasera. Silencio. 
  6. Estocada. Silencio. 

Presidente: D. Julio Martínez Moreno: Sin problemas durante la corrida, solo los que atañe su responsabilidad como presidente ya que permitió que salieran por toriles toros impresentables para esta plaza.

Suerte de varas:

Boticario: En la primera vara el piquero le zurró la badana y el toro no protestó, pero salió suelto. En la segunda le barrenó el morrillo y también salió suelto dada su condición de manso.
Murallón En el primer encuentro hizo una fea pelea en varas. En la segunda entrada acudió suelto al caballo y blandeó
Matacanas: Empujó sin clase en la primera vara y en la segunda le costó acudir al encuentro del montado, mostrando mansedumbre.
Majito: Mal picado, trasera, acudió sin ponerlo en suerte. Lo dejó el maestro de largo pero no fue castigado, mostró signos de mansedumbre.
Plazajero: Apretó en la primera vara, pero en la segunda le costó acudir al caballo, cuando lo hizo intentó quitarse el hierro de encima, mostrando su condición de manso.
Jaquita: Acudió suelto al caballo en la primera vara al igual que la segunda, en esta se dejó pegar.

Cuadrillas y otros. Feo detalle tuvo el picador Borja Ruiz con el público en el cuarto de la tarde al criticarlo por su mala actuación al picar a su enemigo. Se lucieron Fernando J. Plaza, José A. Carretero y Miguel Martín con las banderillas.

Comentarios: El ganado defraudó a los aficionados, casi toda la corrida, excepto el sexto, fue protestada por falta de trapío, parecían chotos, y lo que tenían dentro tampoco fue para levantar los ánimos de los espectadores. Los que conocen este tipo de encaste no le darían mucha importancia a la presentación de la acorrida, ya que tenía la esperanza que con el derroche de casta y emoción que suele transmitir esta ganadería haría olvidar la falta de trapío. Pero no fue así, la ausencia de casta hizo que faltara la emoción en el ruedo. Alejandro Talavante, anunciado como único espada, una vez finalizado el paseíllo recibió una ovación que el público venteño le dedicó con generosidad, premiando con ello la gesta del torero. Pero su labor en los seis toros también decepcionó a la concurrencia Según iba transcurriendo la corrida daba la impresión que el torero iba entrando en una fase de desilusión que fue transmitiendo al público. Este tipo de corridas exige que el torero despliegue un toreo variado, y de eso adoleció el espada. Por estos motivos la tarde fue un autentico fracaso.

Ante sus dos enemigos primeros de comportamiento complicado, el torero no supo sacar su condición de lidiador, el tercer toro tuvo algo de motor en sus embestidas y metió la cabeza con claridad en la muleta por el pitón izquierdo. El torero basó su faena al natural y fue el único momento de la tarde que su toreo conectó con los tendidos, pero fue una faena con altibajos donde los mejores muletazos los consiguió a favor de querencias, pero gran parte de su faena adoleciendo de hondura, sacando a relucir el toreo moderno que tanto gusta a una parte de los espectadores y estos lo necesitaban para sacar a relucir sus emociones y de esta manera justificar el triunfalismo de su asistencia a una tarde que había levantado mucha expectación. A pesar de esto, parecía que con este toro se vendría arriba la corrida, pero fue un espejismo.

El cuarto de la tarde, un gato impresentable y manso se fue apagando según transcurría la lidia y cuando llegó a la muleta lo poco que pudo sacarle Talavante, toreando al natural, adoleció de la hondura de un torero de su categoría. Ni hubo toro ni torero. Ante esta disyuntiva decidió machetearlo y despenar al animal. En el quinto los espectadores pusieron todas sus ilusiones, ya que esta jugada en algunos eventos de este tipo le ha salido bien al ganadero, por eso el dicho de:”No hay quinto malo”. Pero desgraciadamente, no se cumplieron las expectativas: El torero estuvo desconfiado y esto no le permitió encontrar el sitio para desplegar el toreo ante un manso y descastado enemigo. Todo lo anterior se unió a la sosería mostrada, tanto por el toro como por Talavante en el sexto de la tarde, ante esta situación decidió abreviar. La corrida no dio para mas, algunos espectadores presagiaban que el torero pediría el sobrero, pero esos gesto ya no se llevan, si no fue capaz de levantar al publico de sus asientos toreando en los seis toros, sería una ilusión desmedida esperar que lo hiciera con el sobrero. Son gestas de otras épocas pasadas. 

©J. Barranco

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