viernes, 23 de mayo de 2014

22 de mayo de 2014: Hacia el precipicio

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo Corrida de toros.

Feria de San Isidro, 13º de feria

Ganadería

6 Toros de Montalvo, con procedencia Domecq. El cuarto fue devuelto a los corrales y en su lugar se corrió uno de Núñez del Cubillo, procedencia, Juan Pedro Domecq, Carlos Núñez y Osborne. Mal presentada, algunos “acochinaos” y otros falta de trapio.

Terna:

  1. Finito de Córdoba: De. Marino y plata. Pinchazo sin soltar, sartenazo infame y descabello. Silencio benevolente. Pinchazo y cuatro descabellos. Bronca
  2. J. A. Morante de la Puebla: De marino y oro. Pinchazo hondo, delantero y atravesado y 11 descabellos. Bronca. Cinco pinchazos y descabello. Bronca. 
  3. Alejandro Talavante: De obispo y oro. Estocada trapacera, tirándose a los bajos, baja y atravesada y dos descabellos. Saludos. Dos pinchazos, media tendida y estocada baja. Silencio. 

Presidente:

D. Trinidad López-Pastor Expósito. Devolvió a los corrales al cuarto por evidente invalidez. El segundo tuvo que tomar el mismo camino.

Suerte de varas:

  1. Lunero 506 Kg: En la primera vara hizo un fea pelea en el caballo y en la segunda no se empleó. No se le ha visto en el caballo ni en la muleta.
  2. Avisado 557 Kg: En la primera vara no quiso pelea. El picador se limitó a sujetarlo. En la segunda se defendió. Inválido que no se empleó en la muleta. 
  3. Saqueador 549 Kg:. Mostró signos evidentes de mansedumbre desde que apareció en el ruedo, escarbando. Manseó en el caballo y no se empleó, tampoco lo castigó el piquero. Manso y Noble en la muleta, aunque buscó siempre las tablas.
  4. Trigueño 543 Kg: En la primera vara el picador se limitó a sujetarlo, y en la segunda se dejó pegar. El torero no ha tenido recursos para la muleta.
  5. Cristalino 5243 Kg: En la primera vara fue picado trasero y el burel se dolió del castigo y salió suelto. En la segunda vara el picador lo sacó a los medios castigándolo, como no apretaba el toro lo hizo el caballo. Manso. 
  6. Campanero 562 Kg: Empujó con el castigo en ambas varas. Manso que se rajó en la muleta. 

Cuadrillas y otros:

El torero de plata Valentín Luján se desmonteró en el sexto de la tarde, al colocar dos pares que muchos toreros banderilleros les hubiera gustado parecerse. 

Comentarios:

La fiesta de los toros la están llevando hacía el precipicio debido a los intereses de quienes la gestionan. El torero ya no es torero, el toro, ya no es toro, y el público ya no es público. Vinieron las figuras y el único que se libró de la quema fue Talavante en el primero, que ante un manso que en cuanto le abría la puerta de la muleta se marchaba a tablas, hasta que consiguió meterlo en la pelea en los terrenos que el torero consideró más oportunos, con el agravante del aire. A partir de aquí basó su faena en la mano izquierda y dio naturales largos y templados, pero le faltaron hondura ya que en ningún momento cargó la suerte, escondiendo la pierna contraria. Fue una pena, torero, Su segundo no le dio la oportunidad que el pacense esperaba, se encontró con un manso que solo mereció aliñarlo y despenarlo.

A Morante siempre se le espera aunque no esté, ya que es uno de los pocos toreros que pueden sacar a la fiesta del sopor en que se encuentra, pero no vino dispuesto el torero de Puebla del Rio. Su primero fue un inválido y lo recibió con dos trincherazos y un cambio de manos propios de un artista, pero su enemigo no estaba para esos sometimientos. Con la derecha estuvo sobándolo en redondos hasta conseguir sacarle un par de ellos templados y lo más importante, toreando para dentro, pero se puso muy pesado, tardando una eternidad entre un muletazo y otro. Eso fue todo. 

Finito de Córdoba vino a hacer caja, esa fue su función, y como la parte del pastel que se llevaría no sería muy allá, el torero se dedico a hacer su papel, no hacer sombra a las figuras que le acompañaron. Comentó un vecino de localidad; Finito no ha toreado en su vida para dentro, y en sus años buenos ha sido siempre un torero ventajista. Sus muletazos los remataba para fuera, y por eso no esperaba nada de él. Así fue, el torero estuvo patético en su función de comparsa aunque no ha sido el primero ni será el último. Si lo hace por necesidad económica, se puede comprender, sino, podemos pensar que está engañando al público que paga su entrada. Insisto, patético.

© Pepeíllo.

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