miércoles, 7 de junio de 2017

6 de junio de 2017. Movida de corrales.

Ganadería

Victorino Martín, encaste Saltillo, Santa Coloma y Albaserrada. Se salvó el tercero de la quema de la mansedumbre y descastamiento que presentaron en su juego los pupilos del ganadero de Galapagar. Sobre la presentación, la corrida pudo pasar por una novillada bien presentada. Se notó que los progenitores de las figuras hicieron bien su trabajo. 

Terna:
  • Diego Urdiales: De verde botella y oro. Metisaca, dos pinchazos y dos descabellos. Bronca. Pinchazo y estocada contraria. Silencio.
  • Alejandro Talavante: De malva y oro. Estocada baja y trasera y descabello. Oreja protestada. Tres pinchazos y estocada. Pitos.
  • Paco Ureña: De pistacho y oro. Estocada tendida, aviso. 2º aviso y tres descabellos. Vuelta al ruedo. Pinchazo bajo, estocada baja y atravesada y tres descabellos tras aviso. Silencio.
Presidente: D. Javier Cano Feijo.

Concedió un trofeo a Talavante en el segundo de la tarde entre la petición del público festivalero y las protestas de los aficionados.

Deberían tomar medidas contra los toreros que actúan desde el callejón. En el quinto un peón de la cuadrilla de Talavante, sacó desde la barrera el estoque del toro. Detalle que si está amparado por el reglamento, no lo está ante los ojos de los aficionados. Con ello demostró una falta evidente de profesionalidad ya que la labor de los toreros debe estar limitada exclusivamente en el ruedo. . 

Suerte de varas: 

  1.  Soberano. 592 Kg. Negro. El animal manseó en el caballo y llegó parado a la muleta. 
  2. Murmullo. 517 Kg. Negro entrepelado. No se le ha visto en el caballo y mostró nobleza en la muleta.
  3. Pastelero. 520 Kg..Cárdeno Bragado meano. En el caballo dio muestras de mansedumbre sin embargo mostró su condición de bravo en la muleta. 
  4. Buscaplebes. 552 Kg. Cárdeno bragado meano. Acudió al caballo tres veces con mucho tranco, pero su juego en el peto fue de manso. En la muleta no se le vio. 
  5. Pesonero. 570 Kg. Negro entrepelado bragado meano. Manso y descastado. 
  6. Bocacho. 529 Kg. Negro entrepelado bragado meano. Su comportamiento fue de manso y descastado.
Cuadrillas y otros

Cartel de figuras que motivó que la empresa pusiera el cartel de “No hay billetes”. La temperatura fue agradable y en momentos con rachas de viento. 

Destacó la seriedad de la cuadrilla de Talavante, mostrando una eficacia en la lidia como en el tercio de banderillas, totalmente opuesta a la vergonzante actuación de la de Paco Ureña. Esta mostró una ineficacia en el segundo tercio, tanto en el tercero como en el sexto de la tarde, ofreciendo dos sainetes indignos hasta del mejor cómico y que llenaría de vergüenza al colectivo de toreros de plata. Una verdadera pena que haya profesionales que se vistan de luces con esas intenciones.. . 

Comentarios:

Decían algunos aficionados que era el cartel de la feria, lo que sí puedo decir es que de nuevo las figuras mostraron su poder en los corrales de la plaza, con el agravante que los medios de comunicación silenciaron el problema que hubo entre bastidores, al parecer tuvieron que traer dos camiones de toros para que se aprobaran seis, y de los seis presentados inicialmente solo quedó uno, lidiado en cuarto lugar. Todos callan, todos otorgan.

Figuras de qué y de cuanto, decía un aficionado. Figuras que se permiten anunciarse con un encaste minoritario y es considerado como una gesta, En especial el torero Talavante, mientras a los corrales de la plaza llegaban camiones de toros para satisfacer las exigencias de los toreros. Este lastre ha ido unido a la fiesta desde que los ganaderos dejaron de mandar en sus ganaderías y seguirá ocurriendo mientras que las empresas continúen tapando la boca a los medios de comunicación. Una pena señores que no defiendan a la fiesta y a quien acude a la plaza.

Excepto Talavante, los demás son toreros de aficionados y su carrera ha estado marcada a sangre y fuego. Uno de ellos, Urdiales, no tuvo su tarde, y a pesar que se llevó el peor lote, no mostró intención alguna de que su labor fuera reconocida por la afición, dando la impresión que no quería molestar con su labor al compañero de cartel. Su primero supimos que era un toro por su estampa pero no por el juego que dio, y el torero poco podía hacer ante tal espécimen con cuernos. Con el segundo intentó someterlo doblándose con él, pero el animal por el pitón izquierdo no se tragaba ningún muletazo. Tampoco el torero mostró disposición alguna en mejorar su labor anterior. Una aficionada habitual, comentó “que Urdiales no quería trabajar”, a lo que hay que añadir que esto es un arte, y como tal lo mueven los sentimientos que emite el torero y que en ocasiones llegan a los aficionados, pero en esta ocasión no fue así. 

Paco Ureña recibió a su primero con unos pases por alto y el animal le mostró las credenciales de su encaste quejándose de la osadía del torero. Continuó en redondos y el animal se comía la muleta, y la voluntad del torero no fue suficiente para parar, mandar y templar el manantial de bravura que demostró el albaserrada, de nombre Pastelero. Continuó en redondos sin conseguir someterlo bajándole la muleta. El torero en ningún momento le perdió la cara, y a pesar que al natural comenzó con dudas al final terminó sometiéndolo. En un cambio de manos se quedó al descubierto y a punto estuvo de llevárselo por delante. Fue un toro de dos orejas, pero había que torear mucho para poder obtener el ansiado premio, que este animal puso a la venta con su bravura. El acero le gastó una mala pasada al torero murciano. El segundo de su lote fue de otra catadura, el animal salía suelto por el pitón derecho y mostró una actitud defensiva. Por el izquierdo acudía al engaño con la cara alta y tuvo muy poco recorrido. El matador lo intentó pero en esta ocasión su enemigo no le permitió ninguna alegría. 

Alejandro Talavante era el torero a seguir. Posiblemente fuera también el protegido cuyos gestores trajeron la inquietud a los corrales de la plaza. Ajustándonos a su labor en el ruedo, con el capote levantó los primeros olés de la tarde. Con la muleta comenzó la faena al natural y pudo observarse que el público estaba prácticamente entregado al torero pacense, ya que Urdiales con su labor así lo había predispuesto. En la primera tanda con la izquierda, hubo de todo, destacando un muletazo largo y templado. Por el derecho el toro tuvo menos recorrido y el matador retomó de nuevo el pitón izquierdo, pero el toro ya no tuvo la misma disposición. Después de un respiro volvió a la mano derecha y continuó con una faena variada, con arrucina incluida, pero de muchos altibajos. Los muchos olés que levantó en los espectadores no estuvieron justificados con su muleta. En su segundo ya no fue el torero de la esperanza. Aunque el animal se desplazó por ambos pitones, el matador recetó una tanda de redondos con el fin de cumplir como buen funcionario. Ante esta situación decidió abreviar, levantando con este hecho las protestas de sus incondicionales. En su haber decir, que su enemigo fue un manso y descastado animal. 

El cartel no dio para más, solo que la prensa tuvo que tapar sus vergüenzas silenciando lo que el aficionado debe conocer para valorar a los toreros en su justa medida y posiblemente es lo que no desean que se conozca.

©Pepeíllo.

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