jueves, 29 de mayo de 2025

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Corrida de toros

Feria de San Isidro: 18ª de feria. 
 
A Paqui y Marisa.

“¿Ha habido "toros" hoy?”

Con un calor digno de tener en cuenta, se celebró la corrida de toros con ganado de El Torero. Ganado que dio muchos dolores de cabeza a los aficionados por su falta de casta, mansedumbre y escasez de fuerzas. El coso registró, incomprensiblemente, un lleno de “No hay billetes” para ofrecer un vergonzante espectáculo. 

Terna:

Diego Urdiales: De tabaco y oro. Pinchazo y estocada contraria. . Aviso. Silencio. Estocada de rápida ejecución y efecto. Silencio.

Roca Rey: En el tercero estocada trasera. Saludos tras petición. Bajonazo infame. Oreja.

Rafa Serna: De blanco y plata con adornos de oro. Estocada trasera y caída tirándose por derecho en el toro de su confirmación. Silencio. En el sexto estocada caída que vale. Oreja.

Presidente: D. José Luis González González.

Estuvo riguroso en la petición que el público triunfalista hizo en el tercero a Roca Rey. En el quinto y sexto se derrumbó su criterio y su seriedad, concediendo un trofeo al peruano y otro a Rafa Serna. En cuanto al ganado se permitió lidiar una corrida sin trapío, blanda y al servicio de los elegidos. Los presidentes deberían estar para algo más que para permitir este tipo de ganado.

SUERTE DE VARAS.

Que mal picaron los montados. En alguno casos masacrando al animal y en otros dejando sin castigar a los toros. No tienen término medio. Marraron en varias ocasiones, dejando algunos morrillos como un colador. No se libro ninguno. Una auténtica vergüenza de la profesión. Solo tuvieron un detalle, los animales no necesitaban castigarlos, salían ya de chiqueros con las fuerzas justas. Pero…

CUADRILLAS.

En el tercero se tuvo que desmonterar Viruta al colocar un par con mucha verdad, el toro recortó y el torero aguantó con profesionalidad.

TORO A TORO

1º Bizantino N. 48. 535 Kg. Negro bragado meano. Cinqueño. El animal salió huyendo al sentir el hierro. En la segunda entrada el piquero marcó bajo aunque rectificó. Salió suelto manseando descaradamente.

2º Castor. N. 90. 542 kg. Negro bragado meano. Cinqueño. Mal el picador marró en el embroque, rectificó y el toro salió suelto. En la segunda entrada marcó trasero y el toro volvió a salir suelto

3º Delinciente. N. 53. 534 kg. Castaño, bragado meano axiblanco. Cinqueño. En la primera vara marró el picador, el toro se repuchó. En la segunda entrada volvió a marrar y no lo castigó ya que el toro salió suelto. En la tercera lo castigo en los bajos. “El prenda” que montaba el mastodonte se llama Sergio Molina.

4º Federal N. 13. 547 kg. Negro salpicado. Cinqueño. En la primera entrada fue el único animal que llegó a emplearse, pero el piquero en lugar de ofrecerle una pelea sin ventajas, le tapó la salida. ¡Al paro debían mandarlo! En la segunda Urdiales se descuido mientras lo fijaba, el toro se arrancó de largo y el picador se agarró arriba.

5º Tomillo. N. 85. 545 kg. Negro. Cinqueño. En la primera vara no lo castigó e hizo una fea pelea sin fijeza, vamos de manso. En la segunda se arrancó con tranco, el picador se limitó a marcar el castigo y el animal a perder las manos.

6º Barbecho. N.121. 541 kg. Negro bragado meano. Cinqueño. Cuando acudió al caballo se defendió intentando quitarse el hierro. En la segunda le arreó y el animal se defendió .¡Quien no!

CRONICA:

Los matadores se llevaron en los esportones dos despojos, que podrían haber sido cuatro, y hasta doce. Por el camino que vamos ni el presidente se hubiera sorprendido. Pero todo se conseguirá. Incluso el rabo. La vulgaridad es muy persuasiva. Pero en esta ocasión los aficionados se tuvieron que conformar con el aburrimiento y la voluntad, marcada por su afición a la fiesta,  de volver al día siguiente. También mostró voluntad Rafa Serna en el sexto, que después de recibirlo de hinojos en los medios frente a toriles se fajó con el toro hasta conseguir pararlo. El animal tuvo movilidad en el último tercio y metió la cabeza en la muleta con intenciones de agradar al respetable, pero el torero solo ofreció voluntad y animosidad en su labor. Eso debió de ser suficiente para que el público le solicitara un despojo del burel y que el presidente, ante el estupor de los aficionados, concediera. En el toro de su confirmación, primero de la tarde, lo recibió de capote sin levantar pasiones en los tendidos y cuando llegó a la muleta tuvo mucha nobleza pero poca fuerza. El matador lo pasó por ambos pitones dando una tanda aseada por el derecho. Lo que intentó por el izquierdo no tuvo resalte. Las fuerzas del animal estaban limitadas y solo ofreció como remate unas manoletinas.

Diego Urdiales continúa sin encontrar el sitio y menos con este ganado elegido para los “artistas”. Pero el no es un "iluminado". Mostró apatía, un toreo despegado y sin sitio. Durante la faena a su primero parecía que estaba practicando en una escuela de baile. Al cuarto lo pasó de capote sin pena ni gloria y cuando tomó la muleta, se limitó a pasar al toro por la franela pero sin ningún interés de lucimiento por su parte, solo ofreció vulgaridad en su labor.

Roca Rey se percató en el quinto que estaba a punto de hacer el ridículo y perder el tren del triunfo en la feria, y después de consumir casi todo el tiempo reglamentario de la faena en vulgares muletazos de compromiso, despertó a “su parroquia” con un toreo donde también rayó la vulgaridad, pero el público triunfalista se dio cuenta que había que encumbrarla, y no podía permitir que “su torero” se marchara de la feria con el esportón vacío. Se puso a solicitar un despojo y un presidente generoso, lo concedió. En el primero de su lote no tuvo ocasión de levantar del sopor ni a los tendidos afines al peruano. El animal, fue un novillote sin trapío, que cuando lo recibió de capote iba con las manitas por delante. Lo recibió de muleta de hinojos en los medios y con un pase cambiado, rematando, ya de pie, mirando al tendido. Me recordó a otros toreros mediáticos que llenaban de vulgaridad los ruedos. La historia se va repitiendo, y los que no la conocen van cometiendo los mismos errores. Con un animal falto de trapío y mostrando blandura de remos, el torero “mediático” se limitó a pasarlo de muleta. No tuvo bastante con el aburrimiento, sino que cuando lo intentó al natural el toro se pegó una costalada de sonrojo ganadero. El inválido cumplió para lo que había sido criado y la muleta hizo que su torero se convirtiera en una pegapases. Pobre muleta, para eso fue elegida.

Resumiendo, ¡qué vulgaridad de toreo!, ¡qué aburrimiento!, !qué ganado más bajo de casta!, los aficionados aguantaron con dignidad el chaparrón que les ofreció la terna y por supuesto, el ganadero.

©Pepeíllo.

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