viernes, 30 de mayo de 2025

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Corrida de novillos.

Feria de San Isidro: 19ª de feria.

“Dos novilleros se quedaron en casa”

Se lidiaron seis novillos, tres de Fuente Ymbro, 2º, 3º y 5º y tres de El Freixo. 1º, 4º y 6º. El novillero Marcos Pérez puso el cartel de “No hay billetes”. El juego que dieron los novillos de Fuente Ymbro estuvo por encima del ofrecido por los de El Freixo. El tercero y el quinto destacaron sobre el resto del encierro. Hubo algunos sospechosos de pitones. El primero fue pitado de salida y en el arrastre y el quinto aplaudido camino del desolladero.

Terna:

Marcos Pérez. Único espada. De grana y oro.

En el primero dos pinchazos sin soltar, metisaca en los bajos y bajonazo atravesado. Silencio. En el segundo pinchazo sin soltar, otro pinchazo tendido y estocada caída y atravesada. Silencio. En el tercero pinchazo sin soltar, estocada trasera y tendida y descabello. Silencio. En el cuarto estocada tirándose a ley y aviso. Saludos. En el quinto pinchazo sin soltar, pinchazo hondo y dos descabellos tras aviso. Vuelta al ruedo por su cuenta. En el sexto estocada trasera y caída y descabello. Aplausos de despedida.

Sobresalientes. Adrián Henche y Nuno Julián. El espada no les dio opción a lucirse en los quites. ¿Por qué sería?

Presidente: D. José Luis González González.

Sin comentarios en su actuación.

Suerte de varas.

De nuevo los picadores volvieron a dar la nota, pero en esta ocasión no tuvieron ocasión de demostrar su inoperancia. Los novillos fueron dóciles en el caballo, pero a alguno se le fue la mano al recibirlo y lo castigó en los bajos.

CUADRILLAS.

Las cuadrillas cumplieron su cometido, En el tercero se tuvo que desmonterar Iván García al colocar el tercer par de banderillas. En el cuarto la cuadrilla tuvo que pasar cuatro veces por la cara del novillo para dejar los cuatro palos reglamentarios.

NOVILLO A NOVILLO.

1º Corremantas. N. 27. 496 Kg. Negro. El Freixo. En la primera vara se dejó pegar y salió suelto. En la segunda la vara fue a parar a los bajos pero tuvo el detalle de no castigarlo. Tampoco hizo falta.

2º Tramposo. N. 83. 499 kg. Colorado axiblanco. F. Ymbro. En un descuido del matador al no sujetarlo, el novillo se arrancó de largo y derribó. En la segunda hizo lo mismo, el piquero no pudo sujetarlo y derribó al jaco. En la tercera hizo una bonita pelea y el picador midió el castigo.

3º Historiador. N. 103. 495 kg. Negro bragado meano corrido. F. Ymbro. En la primera vara marcó bajo el castigo, rectificó y tuvo la osadía de taparle la salida. En la segunda acudió suelto e hizo una fea pelea contra el mastodonte.

4º Morisqueto. N. 35. 520 kg. Negro listó bragado corrido. El Freixo. Se defendió en la pelea y salió suelto. En la segunda oportunidad no se empleó.

5º Boquiflojo. N. 96. 538 kg. Negro listón. Fuente Ymbro. Lo castigó bajo y le tapó la salida. Razones tendría el montado, pero fue un indecente con el animal. En la segunda vara se limitó a marcar el castigo.

6º Comino. N.12. 533 kg. Negro. El Freixo. En las dos entradas que hizo lo metieron casi debajo del peto. En la primera pelea el picador se agarró arriba y el novillo se dejó pegar y en la segunda no se empleó.

CRONICA:

Después de lo visto, para este viaje no necesitaron tanto montaje. Algo falló que los aficionados no comprendieron. O sí. Con una terna de tres novilleros, se le hubiera dado la oportunidad a otros compañeros y el “novillero estrella”, con dos novillos, hubiera bastado para mostrar el paladar que tiene Marcos Pérez en el manejo de los engaños. Sin embargo la tarde se le hizo muy larga al salmantino, sobre todo a partir del tercero, y a pesar de los dos revolcones en el quinto, el esportón se fue de vacío. Fue una pena tanta preparación mediata para un fracaso tan sonoro. Iremos por orden.

Para no cargar mucho el resumen, diré que de capote nada de nada. Los tres primeros no consiguió pararlos de salida y no dejó nada en la retina de los presentes y los tres últimos los recibió de hinojos frente a toriles, en la mal llamada “portagayola”. En el sexto incluso su público se lo recriminó. Todo en la vida cansa. En el primero, un animal sin cara, comenzó citando con el pico de la muleta hasta casi saltarle un ojo al novillo. Con este detalle intuí por donde iría la tarde y desgraciadamente no me equivoqué. Como diría nuestro vecino Fernando, el “rabo” tendría que esperar. Y así fue. El novillo no quiso pelea y cuando lo intentó al natural, al segundo muletazo salió suelto.

En el segundo abrigó esperanzas al dar en la primera tanda con la derecha un muletazo mandón abrochado con el de pecho. Pero, solo uno. Registró en su haber otra tanda aseada de redondos. Al natural, con el pico por delante, su oponente se quedaba corto. Tiró del circular invertido y esos recursos sin faena, en Madrid no cuelan. Pero en su perseverancia muleteril, añadió unas manoletinas que no levantaron ni los olés de sus paisanos.

Continuemos. En el tercero cambió el panorama, al inicio de faena el “fuenteymbro” se le coló dos veces avisándole que el animal de tontuna tenía lo justo, pero si algo que torear, pero el toreo que le presentó el futuro matador, no fue suficiente para dominar a su enemigo. Lo siguió intentando a la vez que se exponía a visitar el hule.

En el cuarto y después de darle la bienvenida frente a toriles, en el último tercio lo recibió por alto con unos remates atropellados. El novillo metía la cabeza por el derecho con nobleza y el torero dio dos tandas de redondos acompañando las embestidas del burel. Recordemos que eso no es torear, es, otra cosa, que puede colar como sucedáneo en los tendidos y que por lo visto, en las escuelas taurinas deben enseñar como toreo y del bueno. Al natural sacó de la pañosa solo vulgaridad. Al final se puso pesado. Este hecho deberían tratarlo también en las escuelas.

Y llegó el quinto, otro “fuenteymbro”, que puso en bandeja el triunfo del torero. Pero Marcos Pérez lo dedicó a su público. Lo citó en los medios y el animal acudió con tranco a la muleta recibiendo del matador dos pases cambiados y tres pases del desprecio, volviendo locas las gargantas de sus seguidores. Los aficionados fueron algo más cautos en sus expresiones. Pero cuando se puso a torear se repitió la misma función. Una tanda al hilo del pitón, seguida de otra que ya no emocionó los tendidos. Con la izquierda otra templada pero falta de colocación. Al no haber mando en la muleta, el que mandó fue el animal, y su misión es coger al enemigo que tiene delante. Eso fue lo que hizo, le dio dos revolcones. Uno y otro, afortunadamente sin consecuencias aparentes. Es lo tiene la casta y que ninguna figura quiere. A partir de aquí todo podía ocurrir. Los isidros mandan mucho en las faenas donde se producen revolcones, pero el torero no refrendó “su faena” con la espada, y como colofón, “sus seguidores”, aplaudieron en el arrastre a su enemigo. Son los contrastes de la fiesta.

Salió el sexto y último de la tarde y después de recibirlo de nuevo frente al portón de los miedos pero con polémica incluida, cuando le llegó la hora de mostrar su toreo comenzó de hinojos en los medios, el novillo le apretó y tuvo que rectificar la postura. Continuó con derechazos despegado del sitio donde nace el toreo y cuando lo intentó al natural, tanto su enemigo como el matador mostraron poca capacidad de lucimiento.

No dio para más la tarde. Esa tarde donde los despachos hicieron el “agosto” y los tendidos tuvieron que soportar el calor prematuro del verano acompañado de una decepcionante corrida. En esta ocasión el “merchandising” sacó humo de la chistera. No olvide matador que con su actuación puso de relieve muchas pistas a los aficionados, esas pistas que los taurinos guardan bajo llave en los sórdidos despachos.

Ánimo torero, le recomiendo que estudie a fondo la corrida que se celebró en Madrid el 2 de mayo de 1.996. En ella encontrará el camino a seguir.

©Pepeíllo.

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