Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo. Corrida de toros.
Feria de San Isidro: 7ª de feria
“Vinieron las figuras, tarde de remiendos”
Séptima de abono. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Joselito, El Gallo. En la taquilla se puso el cartel de “No hay billetes”. Se anunciaron tres toros del Puerto de San Lorenzo y tres de La Ventana del Puerto. En si la corrida era un remiendo, pero rechazaron dos, uno de cada hierro, y tuvieron que remendar la corrida con dos toros de Victoriano del Rio, un ganado de garantías para las figuras anunciadas. Después de ver el impresentable novillo que se lidió en primer lugar, y no digo a quién le tocó en suerte, como vendrían los toros salmantinos que rechazaron. Cuando se anuncian figuras, aparece la movida de corrales, ¿y para qué?
Terna:
José María Manzanares: De marino y oro. Estocada recibiendo al arrancarse el torito. Silencio. En el cuarto estocada. Silencio.
Fernando Adrián: De azul cielo y plata. Pinchazo, metisaca, estocada tendida. Silencio. En el quinto dos pinchazos y tres descabellos tras aviso. Vuelta al ruedo con algunas protestas.
Pablo Aguado: De catafalco y oro. Tres pinchazos, aviso, Metisaca, pinchazo y dos descabellos. Pitos. Pinchazo y descabello. Silencio.
Fernando Adrián: De azul cielo y plata. Pinchazo, metisaca, estocada tendida. Silencio. En el quinto dos pinchazos y tres descabellos tras aviso. Vuelta al ruedo con algunas protestas.
Pablo Aguado: De catafalco y oro. Tres pinchazos, aviso, Metisaca, pinchazo y dos descabellos. Pitos. Pinchazo y descabello. Silencio.
Presidente: D. Ignacio San Juan Rodríguez.
Sin problemas en sus funciones.
Suerte de varas:
Si no quieres sopa, toma tres caldos. Eso es lo que deben pensar los picadores. Si los aficionados se quejan que la suerte de varas se ha convertido en un esperpento, hasta que la autoridad tome cartas en el asunto ellos seguirán haciendo de su capa un sayo. El sexto recibió una sonora bronca al picar a Resistemucho. Se portó como si tuviera cuentas pendientes con el pobre animal. Sin embargo el quinto hizo una pelea de bravo en el caballo y el picador estuvo a la altura del traje que lucía. Los demás, al paro.
CUADRILLAS.
En el segundo se desmonteró Marcos Prieto en el tercio de banderillas. En el tercero Diego R. Jiménez templo durante la lidia las acometidas de Dulce. También hubo otros banderilleros que aunque no llegaron a desmonterarse, estuvieron muy aseados en el segundo tercio.
TORO A TORO
CUADRILLAS.
En el segundo se desmonteró Marcos Prieto en el tercio de banderillas. En el tercero Diego R. Jiménez templo durante la lidia las acometidas de Dulce. También hubo otros banderilleros que aunque no llegaron a desmonterarse, estuvieron muy aseados en el segundo tercio.
TORO A TORO
1º Fardero. N. 58. 580 Kg. Negro. Cuatreño. Puerto de San Lorenzo. No se entregó en la primera vara el novillo de cuatro años y se repuchó. En la segunda vara fue castigado trasero y le tapó la salida el impresentable picador. Aunque era un novillote, no era para que lo tratara así.
2º Yegüero. N. 103. 616 kg. Negro. Cuatreño. Puerto de San Lorenzo. Acudió suelto al montado y no se entregó en la pelea, salió suelto. En la segunda vara acudió descompuesto y el picador marcó bajo el castigo.
3º Dulce. N. 66. 534 kg. Negro. Cinqueño. Victoriano del Rio. Se dejó pegar y le tapó la salida en la primera entrega. En la segunda fue castigado bajo y el animal volvió a dejarse pegar.
4º Yegüero. N. 83. 574 kg. Negro listón chorreado en morcillo. Cuatreño. La Ventana del Puerto. En la primera vara el animal empujó y el picador midió el castigo. En la segunda debieron indicarle que ese no era el guión y le arreó y el animalito respondió empujó metiendo los riñones. Fue un largo castigo el que tuvo que soportar el toro.
5º Frenoso. N. 95. 559 kg. Negro. Cinqueño. Victoriano del Rio. En la primera vara empujó y el montado midió el castigo. En la segunda el picador volvió a ser comedido. El toro empujó metiendo los riñones con fijeza.
6º Resistemucho. N. 37. 590 kg. Colorado anteado. Cuatreño. La Ventana del Puerto. En la primera vara se empleó y picador lo castigó saliendo fuera de la raya de picadores. En la segunda le tapó la salida. Y salió suelto con la vara enganchada en el morrillo. ¡Qué vergüenza!
2º Yegüero. N. 103. 616 kg. Negro. Cuatreño. Puerto de San Lorenzo. Acudió suelto al montado y no se entregó en la pelea, salió suelto. En la segunda vara acudió descompuesto y el picador marcó bajo el castigo.
3º Dulce. N. 66. 534 kg. Negro. Cinqueño. Victoriano del Rio. Se dejó pegar y le tapó la salida en la primera entrega. En la segunda fue castigado bajo y el animal volvió a dejarse pegar.
4º Yegüero. N. 83. 574 kg. Negro listón chorreado en morcillo. Cuatreño. La Ventana del Puerto. En la primera vara el animal empujó y el picador midió el castigo. En la segunda debieron indicarle que ese no era el guión y le arreó y el animalito respondió empujó metiendo los riñones. Fue un largo castigo el que tuvo que soportar el toro.
5º Frenoso. N. 95. 559 kg. Negro. Cinqueño. Victoriano del Rio. En la primera vara empujó y el montado midió el castigo. En la segunda el picador volvió a ser comedido. El toro empujó metiendo los riñones con fijeza.
6º Resistemucho. N. 37. 590 kg. Colorado anteado. Cuatreño. La Ventana del Puerto. En la primera vara se empleó y picador lo castigó saliendo fuera de la raya de picadores. En la segunda le tapó la salida. Y salió suelto con la vara enganchada en el morrillo. ¡Qué vergüenza!
CRONICA:
Los aficionados llevan tiempo si saber el por qué de la contratación del torero que abría plaza, lleva varios años sin dar la cara y provocando movida de corrales. Seguro que parte del lleno de la plaza se debería a su anuncio, pero Pablo Aguado también tiene su tirón y sin menospreciar a Fernando Adrián, el más modesto de la terna y que a la postre fue el que les llegó a mojar la oreja a las dos figuras. Lo considero una falta de respeto a la afición por parte de la empresa. Pero volviendo al torero que abría plaza, no ha conseguido que su toreo, con toros de garantías y anovillados, como el primero de su lote, de suerte descargada, citando al hilo, acompañando la embestida del toro, entrara en Madrid, despreciando, no solo a los aficionados, también a sus seguidores, “los isidros”. El caso es que por un motivo o por otro, se produjo la movida de corrales, y como dije, ¿para qué? Su segundo fue un petardo de toro. Lo mantuvo en pie el torero que abría plaza al no exigirle con la muleta, pasando su labor como un auténtico pegapases. “Su público” se vería compensado por la estocada que recetó a su enemigo. Dichosos ellos. Ya tiene, tanto la empresa como sus adeptos, un argumento para volverlo a contratar. ¡Ah!, lo olvidaba. No se molestó en hacer ni un quite tan siquiera, ni se despeinó, ni se mancho el traje. En esto, ha quedado Madrid.
Supongo que Pablo Aguado tendría algo que ver también en el reparto de la tarta sobre la movida de corrales, pero mostró otra disposición. Su primero fue aplaudido de salida. Un victorianodelrio con cara. Intentó lucirse con el capote, un fuerte en su repertorio, pero no lo consiguió. Con la muleta lo sacó a los medios con trincherazos suaves y un bonito cambio de manos. Continuó con una tanda de redondos templados, pero en la segunda el toro perdió las manos después de someterlo con un latigazo impropio de este fino torero. El toreo al natural lo practicó al hilo de su enemigo y ya sin toro, aun así consiguió algún muletazo suelto como manera de justificarse. El toro continuó acudiendo a la muleta como un cadáver viviente en espera que el matador se dignara en pasaportarlo a mejor vida, El sexto después del castigo a que lo sometió el picador, el animal llegó a la muleta para que Aguado se pusiera pesado en conseguir sacarle algo a la poca vida que le quedaba a su enemigo después del sanguinario trato que le dio su picador. O igual era el acuerdo que tenía firmado con su matador. Ellos sabrán.
Como dije, Fernando Adrián vino como el tapado de la terna y fue una pena que fallara a espadas en el quinto. Tuvo al público entregado en su particular faena, un animal que fue bueno en el caballo y respondió en la muleta poniendo en bandeja el triunfo del torero madrileño, pero después de recibirlo de hinojos en la boca de riego pasándolo con un pase cambiando jugándosela, de unas tandas de derechazos y naturales que llegaron a los tendidos, perdió el premio con la espada. ¡Una pena matador! Su primero que hacía segundo en el orden de lidia, lo recibió con unas alegres chicuelinas desde el centro del ruedo. Con la muleta lo recibió con unos estatuarios y un pase cambiado pero cuando lo sometía, el del puertodesanlorenzo perdía las manos. El toro no dio para más.
Si Adrián no hubiera fallado a espadas en su primero, los aficionados hubiéramos salido de la plaza hablando de Frenoso y de los trofeos, o no, concedidos al torero. Pero las figuras son las figuras y ellos son las que marcan el devenir de la fiesta.
©Pepeíllo.
Supongo que Pablo Aguado tendría algo que ver también en el reparto de la tarta sobre la movida de corrales, pero mostró otra disposición. Su primero fue aplaudido de salida. Un victorianodelrio con cara. Intentó lucirse con el capote, un fuerte en su repertorio, pero no lo consiguió. Con la muleta lo sacó a los medios con trincherazos suaves y un bonito cambio de manos. Continuó con una tanda de redondos templados, pero en la segunda el toro perdió las manos después de someterlo con un latigazo impropio de este fino torero. El toreo al natural lo practicó al hilo de su enemigo y ya sin toro, aun así consiguió algún muletazo suelto como manera de justificarse. El toro continuó acudiendo a la muleta como un cadáver viviente en espera que el matador se dignara en pasaportarlo a mejor vida, El sexto después del castigo a que lo sometió el picador, el animal llegó a la muleta para que Aguado se pusiera pesado en conseguir sacarle algo a la poca vida que le quedaba a su enemigo después del sanguinario trato que le dio su picador. O igual era el acuerdo que tenía firmado con su matador. Ellos sabrán.
Como dije, Fernando Adrián vino como el tapado de la terna y fue una pena que fallara a espadas en el quinto. Tuvo al público entregado en su particular faena, un animal que fue bueno en el caballo y respondió en la muleta poniendo en bandeja el triunfo del torero madrileño, pero después de recibirlo de hinojos en la boca de riego pasándolo con un pase cambiando jugándosela, de unas tandas de derechazos y naturales que llegaron a los tendidos, perdió el premio con la espada. ¡Una pena matador! Su primero que hacía segundo en el orden de lidia, lo recibió con unas alegres chicuelinas desde el centro del ruedo. Con la muleta lo recibió con unos estatuarios y un pase cambiado pero cuando lo sometía, el del puertodesanlorenzo perdía las manos. El toro no dio para más.
Si Adrián no hubiera fallado a espadas en su primero, los aficionados hubiéramos salido de la plaza hablando de Frenoso y de los trofeos, o no, concedidos al torero. Pero las figuras son las figuras y ellos son las que marcan el devenir de la fiesta.
©Pepeíllo.
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