“Los novilleros no quieren ser toreros”
Terna:
Mariscal Ruiz: De azul y oro. En el segundo pinchazo sin soltar en los bajos y estocada trasera y caída tras aviso. En el quinto estocada baja que valió tras aviso. Se hizo daño en la mano derecha y se retiro a la enfermería.
Emiliano Osornio: De negro y oro. En el tercero estocada caída que rueda sin puntilla. Aplausos. En el sexto pinchazo y estocada desprendida. Silencio.
Presidente: D. Víctor Oliver Rodríguez.
Sin problemas en sus decisiones.
Suerte de varas:
El sexto tuvo un momento en la pelea que empujó con fijeza en el peto, pero su juego fue de manso. Lamentablemente lo que ofrecieron los “gallardos” en el caballo fue muy deficiente, algunos se dejaron pegar pero sin emplearse, saliendo sueltos de la pelea y varios de ellos acudieron sin ponerlos en suerte.
CUADRILLAS.
Los toreros de plata cumplieron en general en su cometido. Algunos llegaron a lucirse, tanto en la lidia como en los tercios de banderillas.
TORO A TORO
2º Jalado. N. 101. 523 kg. Negro bragado, meano axiblanco. Fue aplaudido de salida, pero no se empleó en su primera entrada al peto. En la segunda vara acudió suelto, no fue castigado y salió suelto. En la tercera entrada se dejó pegar pero sin emplearse.
3º Guardés. N. 71. 489 kg. Negro. Después de su recorrido por el ruedo, el matador consiguió pararlo, pero en su primera entrada al montado acudió suelto, se dejó pegar pero si fijeza. Salió suelto. En la segunda hizo una fea pelea repuchándose y saliendo suelto.
4º Mestizo. N. 69. 510 kg. Negro. Su juego con el del castoreño fue de manso, en la primera entrada acudió suelto, el piquero le tapó la salida, no se empleó y al salir dio una vuelta de campana. En la segunda entrada repitió el mismo comportamiento, acudió suelto y tanto el piquero como el animal ofrecieron un mal juego. El novillo continuó sin fijeza.
5º Damasco. N. 86. 491 kg. Negro listón. En la primera vara no se empleó en la pelea. En la segunda acudió suelto y salió suelto sin ofrecer nada en el peto.
6º Infortunado. N. 91. 486 kg. Negro listón. De salida mostró la sosería de un animal blando con una embestida apagada. En el caballo se dejó pegar y en momentos empujó con fijeza. En la segunda entrada el picador se agarró bien y el animal salió perdiendo las manos.
Está claro que estos novilleros no quieren ser toreros, o los espectadores no quieren ser aficionados. Lo de ayer fue escandalosamente claro que la fiesta ha perdido su identidad. Me explico: la suerte de varas no interesa a los novilleros, y estos venían placeados, pero ninguno de ellos tuvo el detalle de colocar a los novillos en suerte ante el caballo de picar. Muchos de ellos no fueron parados de salida. ¿Quien ha perdido el norte? ¡No lo sé! Bueno si, la fiesta. Los pocos aficionados se ven impotentes ante tanto desmadre. Los de primera clase solo les interesa el último tercio, y los que vienen detrás muestran menos interés, o eso, demostraron ayer. A los aficionados de nuevo cuño les importa menos que los toreros se salten a la torera las reglas que dicta la tauromaquia.
En el que abría plaza Diego Bastos no consiguió lucirse con el capote ante la suave embestida y con muleta se puso a dar derechazos como si le fuera su carrera en el empeño, pero faltos de colocación, citando fuera de cacho y eso que el novillo acudía al engaño como un carretón. Al natural logró ajustarse un poco pero el animal con la sosería de sus embestidas no colaboró en el lucimiento del torero. Al segundo de su lote lo recibió de hinojos en chiqueros con una larga cambiada, pero no consiguió pararlo. Con la muleta el novillo no se entregó en la pelea y salía suelto en cada muletazo. Bastos lo intentó cambiando los terrenos, ya que su enemigo lo exigía, pero no consiguió su objetivo.
Mariscal Ruiz, intentó lucirse por gaoneras en su quite en el primero de la tarde, pero en el primero de su lote no pudo lucirse con el capote. Con la muleta recibió a Jalado con unos estatuarios donde el novillo se le coló y el torero aguantó con las zapatillas clavadas en la arena. Lo intentó con la derecha tratando de templar las embestidas de su enemigo. Por el pitón izquierdo había que mandar mucho y no consiguió el temple que requería su toreo. Volvió con la derecha y sufrió otra colada sin consecuencias. Remató su labor con manoletinas al uso. A su segundo intentó pararlo con el capote pero no lo consiguió. En el último tercio recibió de hinojos a su enemigo perdiendo la pañosa. Intentó agradar con su labor, pero solo quedó la voluntad. El novillo con poco recorrido y el torero mostrando pocos recursos, hicieron que su labor careciera de interés en los tendidos. Un desplante fuera de lugar fue premiado con una sonora bronca. Al final de faena el burel casi se lo echa a los lomos.
Emiliano Osornio. Consiguió parar a su primero al recibirlo de capote. Con la muleta intentó el toreo pero lo que mostró estuvo muy lejos de conseguirlo. Le costó templar y alargar las embestidas de su enemigo, remataba los pases con auténticos latigazos, sin conseguir meter en la muleta la nobleza de su enemigo. Recibió por su labor unos tímidos aplausos, que a la postre fueron los únicos del festejo. En el que cerraba plaza, lo sacó a los medios intentando templar las embestidas del novillo, pero cuando el animal llegó a la muleta al segundo muletazo se derrumbó en la arena. Al no haber exigencia por parte del “fuenteymbro”, el matador se limitó a pasarlo por la muleta tanto en redondos como en el torero al natural, con el único propósito de cubrir el expediente.
No dio más la tarde. Resaltar de nuevo que el encierro defraudó, aunque supongo que el ganadero tildará a los aficionados de ignorantes.
©Pepeíllo.